7/02/2018, 20:09
El de Uzu asintió fervientemente, con una inevitable sonrisa en el rostro, cuando Ralexion le dijo que no sólo los libros le habían llegado sin problemas, sino que además los tenía consigo. Akame tuvo que controlarse para preguntarle directamente dónde, cómo, a qué hora podía entregárselos. En lugar de ello, se limitó a volver a su asiento —del que se había levantado tras recibir el amistoso saludo de Ralexion en forma de palmetazo en el lomo— y cruzó las manos sobre la barra.
—Pues... Sí, estaría bien. Si has acabado, claro, no es por meter prisa. Pero es que son volúmenes muy delicados, ya los habrás visto, en especial el más pequeño y viejo... —Akame hablaba de sus manuscritos como si fueran mascotas, o peor aun, hijos propios. Simplemente no podía evitarlo—. Me alegro de que los encontrases interesantes, por cierto. Hoy en día no es fácil culturizarse y acceder a los conocimientos antiguos de nuestra sangre... El clan Uchiha está lejos de ocupar el lugar que le pertenece por derecho histórico —añadió, con un deje de ambición y lúgubre resentimiento.
Sin embargo, cuando Ralexion le confesó que estaba allí para una misión —una conjunta con ninjas de Uzu, ni más ni menos—, Akame alzó una ceja inquisitivamente.
—¿No jodas? ¿Pues no que resulta que yo estoy aquí por lo mismo? —miró a su alrededor y, tras asegurarse de que nadie les escuchaba, se inclinó sobre la barra para susurrar—. No será algo relacionado con un viejo noble a puntito de espicharla, ¿no?
«¿Puede ser tanta la coincidencia? Datsue-kun, Ralexion-san y yo juntos en una misión... No puede haber mayor casualidad. ¡Los tres Uchiha!», pensó, jocoso, acordándose de cierta novela de fantasía que relataba las aventuras de tres soldados y un amigo suyo.
—Pues... Sí, estaría bien. Si has acabado, claro, no es por meter prisa. Pero es que son volúmenes muy delicados, ya los habrás visto, en especial el más pequeño y viejo... —Akame hablaba de sus manuscritos como si fueran mascotas, o peor aun, hijos propios. Simplemente no podía evitarlo—. Me alegro de que los encontrases interesantes, por cierto. Hoy en día no es fácil culturizarse y acceder a los conocimientos antiguos de nuestra sangre... El clan Uchiha está lejos de ocupar el lugar que le pertenece por derecho histórico —añadió, con un deje de ambición y lúgubre resentimiento.
Sin embargo, cuando Ralexion le confesó que estaba allí para una misión —una conjunta con ninjas de Uzu, ni más ni menos—, Akame alzó una ceja inquisitivamente.
—¿No jodas? ¿Pues no que resulta que yo estoy aquí por lo mismo? —miró a su alrededor y, tras asegurarse de que nadie les escuchaba, se inclinó sobre la barra para susurrar—. No será algo relacionado con un viejo noble a puntito de espicharla, ¿no?
«¿Puede ser tanta la coincidencia? Datsue-kun, Ralexion-san y yo juntos en una misión... No puede haber mayor casualidad. ¡Los tres Uchiha!», pensó, jocoso, acordándose de cierta novela de fantasía que relataba las aventuras de tres soldados y un amigo suyo.