7/02/2018, 22:56
Ralexion le envió como respuesta una batería de palabras que el del Remolino tuvo que encajar como buenamente pudo. Todavía reclinado sobre la barra y sus ojos, vivaces, examinando los alrededores en busca de una mala señal —un silencio tenso, alguien que de repente pareciese interesarse más de la cuenta en ellos—, el Uchiha respondió como buenamente pudo a cada una de las interrogantes de su —ahora— compañero de misión.
—Bien, me alegro de contar con otro Uchiha en el equipo —terció, dándole una pista al kusajin sobre las características del tercer integrante del operativo—. Nuestro colega Datsue será el tercer miembro del equipo. Inteligente, diestro en combate y con las palabras por igual, sabe mucho de Fuuinjutsu... Un gran shinobi.
A Akame no le gustaba halagar por halagar, pero hablando de su Hermano delante de un ninja de otra Aldea no pudo evitar que las palabras se le salieran por los poros. Datsue era, probablemente, más astuto y poderoso que cualquier otro ninja de su edad en Uzushiogakure.
—Y sí, estaría encantado. Podemos recoger esos tomos luego.
Sea como fuere, la conversación finalmente acabó tomando otros derroteros. Cuando Ralexion quiso saber qué había pasado en Tane-Shigai después de que él se fuera en mitad de la noche, Akame bajó la mirada y le cominó a hablar más bajo. El Uchiha se había vuelto notablemente paranoico con todo aquel asunto, y no fue hasta que el tabernero —por mero azar— se dio media vuelta para empezar a limpiar una jarra de cristal, que el ninja de Uzu habló.
—Nada. El rastro ya estaba frío... Supongo que tardé demasiado —masculló con cierto resentimiento. Luego, en un intento por cambiar de tema, agregó—. ¿Qué era eso de lo que querías hablar?
—Bien, me alegro de contar con otro Uchiha en el equipo —terció, dándole una pista al kusajin sobre las características del tercer integrante del operativo—. Nuestro colega Datsue será el tercer miembro del equipo. Inteligente, diestro en combate y con las palabras por igual, sabe mucho de Fuuinjutsu... Un gran shinobi.
A Akame no le gustaba halagar por halagar, pero hablando de su Hermano delante de un ninja de otra Aldea no pudo evitar que las palabras se le salieran por los poros. Datsue era, probablemente, más astuto y poderoso que cualquier otro ninja de su edad en Uzushiogakure.
—Y sí, estaría encantado. Podemos recoger esos tomos luego.
Sea como fuere, la conversación finalmente acabó tomando otros derroteros. Cuando Ralexion quiso saber qué había pasado en Tane-Shigai después de que él se fuera en mitad de la noche, Akame bajó la mirada y le cominó a hablar más bajo. El Uchiha se había vuelto notablemente paranoico con todo aquel asunto, y no fue hasta que el tabernero —por mero azar— se dio media vuelta para empezar a limpiar una jarra de cristal, que el ninja de Uzu habló.
—Nada. El rastro ya estaba frío... Supongo que tardé demasiado —masculló con cierto resentimiento. Luego, en un intento por cambiar de tema, agregó—. ¿Qué era eso de lo que querías hablar?