9/02/2018, 03:26
"¿Me acaba de llamar bicho?" No le contestaba cómo se debía sólo porque abrir la boca en esos momentos significaría terminar con el paladar cual playa. También podría tratarse de un error, pero dudaba enormemente que lo haya mencionado al final de la oración sin afán de insultar. "Joder, que esta vez no he hecho nada malo." Aceptaba cuando había metido la pata, pero en esta ocasión no estaba en posición de andar con niñerías.
—¿Ya nos llevamos así?— Fue lo único que alcanzó a decir.
El viento había alcanzado velocidades terribles, probablemente a unos noventaicinco kilómetros por hora. El joven Isa, no tenía idea de ello, él sólo sabía que estaba jodido. No entendía cómo el otro avanzaba con firmeza aún con la corriente en su contra, plus arena.
—...— Mantuvo silencio durante unos instantes, pues a pesar de tener orgullo, también sabía reconocer sus límites. —Sinceramente, no creo que pueda aguantar mucho tiempo más. Me he fatigado más de lo que esperaba— Mantenía gacha la cabeza, tratando de guiarse únicamente observando los pies del otro, pues así se evitaba recibir las correntadas de frente.
Las casas parecían desaparecer, mientras el polvo empezaba a arremolinarse por momentos. Por un instante, el Senju anheló haberse quedado en aquella piedra. Algo andaba mal, tenía un mal presentimiento.
—¿Ya nos llevamos así?— Fue lo único que alcanzó a decir.
El viento había alcanzado velocidades terribles, probablemente a unos noventaicinco kilómetros por hora. El joven Isa, no tenía idea de ello, él sólo sabía que estaba jodido. No entendía cómo el otro avanzaba con firmeza aún con la corriente en su contra, plus arena.
—...— Mantuvo silencio durante unos instantes, pues a pesar de tener orgullo, también sabía reconocer sus límites. —Sinceramente, no creo que pueda aguantar mucho tiempo más. Me he fatigado más de lo que esperaba— Mantenía gacha la cabeza, tratando de guiarse únicamente observando los pies del otro, pues así se evitaba recibir las correntadas de frente.
Las casas parecían desaparecer, mientras el polvo empezaba a arremolinarse por momentos. Por un instante, el Senju anheló haberse quedado en aquella piedra. Algo andaba mal, tenía un mal presentimiento.