18/08/2015, 18:59
El albino quedó mirando a la chica directamente a los ojos, sin perder la vista de sus orbes tan siquiera un segundo. Había lanzado su pregunta, y esperaba una respuesta a tal. Sin embargo, la pequeñaja parecía en otro mundo. Lejos de responderle, le dijo que se sentase. Así mismo, comentó a su muñeca que era una desvergonzada, que debía ceder el sitio a "Blanquito". Blame no pudo evitar reír.
"¿De qué manicomio se habrá escapado esta chica? Jajajaja"
Para sorpresa, la muñeca pareció escuchar lo que la chica le había dicho. Ésta se levantó, y cedió el sitio al Senju, incluso le acomodó la silla para que éste se sentase. Evidentemente, no pudo evitar mirar el espectáculo de la muñeca, había sido algo sin duda fuera de lo normal.
El chico dejó caer un suspiro, y obvió el comentario de la chica. Haría lo que a él le viniese en gana, fuese o no cortés. Sin mas, se dejó caer sobre la silla, y se dejó deslizar sobre ésta hasta tomar una posición bastante cómoda. Tras ello, volvió a dirigir su mirada hacia la rubia, aquella singular renacuaja que parecía no tenerle miedo. Era algo de lo mas inusual, no el que no le tuviese miedo, si no el que quisiera verse relacionado con él. Aún no le cabía en la cabeza que hubiese gente a la que le importase un pimiento los comentarios del resto.
—¿Se puede saber por qué no te molesta que esté aquí? ¿Acaso no te incomodo?—
Sin duda, jactarse de su mala fama no era algo a lo que acostumbrase, pero le extrañaba el comportamiento de la rubia. Lejos de ser un curioso, sí, le picaba la curiosidad. Por mas que la miraba, tan solo veía a una pequeñaja rubia que sabía hacer trucos en el juego de "la fiesta del té". ¿Quizás era demasiado pequeña para saber sobre él? Diantres, ¿sus padres habían hecho mal su trabajo o que? Su deber como padres es de informar sobre gente como el Senju...
—¿Acaso tus padres no te han dicho que te alejes de mí?— Volvió a inquerir rápidamente.
¿Cual sería el motivo que hacía que ésta pequeña no le tuviese algo de fobia? Tan solo esperaba que al menos en ésta ocasión contestase, pues su actitud déspota y mandona era muy mainstream.
"¿De qué manicomio se habrá escapado esta chica? Jajajaja"
Para sorpresa, la muñeca pareció escuchar lo que la chica le había dicho. Ésta se levantó, y cedió el sitio al Senju, incluso le acomodó la silla para que éste se sentase. Evidentemente, no pudo evitar mirar el espectáculo de la muñeca, había sido algo sin duda fuera de lo normal.
El chico dejó caer un suspiro, y obvió el comentario de la chica. Haría lo que a él le viniese en gana, fuese o no cortés. Sin mas, se dejó caer sobre la silla, y se dejó deslizar sobre ésta hasta tomar una posición bastante cómoda. Tras ello, volvió a dirigir su mirada hacia la rubia, aquella singular renacuaja que parecía no tenerle miedo. Era algo de lo mas inusual, no el que no le tuviese miedo, si no el que quisiera verse relacionado con él. Aún no le cabía en la cabeza que hubiese gente a la que le importase un pimiento los comentarios del resto.
—¿Se puede saber por qué no te molesta que esté aquí? ¿Acaso no te incomodo?—
Sin duda, jactarse de su mala fama no era algo a lo que acostumbrase, pero le extrañaba el comportamiento de la rubia. Lejos de ser un curioso, sí, le picaba la curiosidad. Por mas que la miraba, tan solo veía a una pequeñaja rubia que sabía hacer trucos en el juego de "la fiesta del té". ¿Quizás era demasiado pequeña para saber sobre él? Diantres, ¿sus padres habían hecho mal su trabajo o que? Su deber como padres es de informar sobre gente como el Senju...
—¿Acaso tus padres no te han dicho que te alejes de mí?— Volvió a inquerir rápidamente.
¿Cual sería el motivo que hacía que ésta pequeña no le tuviese algo de fobia? Tan solo esperaba que al menos en ésta ocasión contestase, pues su actitud déspota y mandona era muy mainstream.