11/02/2018, 00:17
—¡La la~!
Pocas veces habían logrado impresionar al Senju, y de paso lograr que lo expresara. No tenía idea de que clase de técnica era la que había usado el otro, pero algo si era seguro: les había salvado el pellejo. "¿Esto será lo que llaman el Doton? Joder, es una naturaleza muy útil, me pregunto que otra clase de cosas se podrán hacer con ella." En cuanto el viento dejó se soplar se sintió aliviado y se permitió caer de rodillas al suelo, sosteniendo el resto de su peso con ambas manos mientras se permitía respirar hondo. Le hacía mucha falta después de la extensa caminata.
—¡Ahhhhg!— Se tuvo que cubrir la cara cuando el perro tuerto se sacudió, dejándole más arena encima de la que ya traía. El Isa por su lado tuvo que resignarse a limpiarse, sabía que no podía razonar ni quejarse por las actitudes de un animal. —Fuf, este jutsu tuyo es muy práctico.— Lo elogió mientras se acercaba a uno de los muros.
Estaba fatigado hasta el demonio, por lo que al nomas entrar en contacto con la misma se dejó caer lentamente hasta quedar sentado. Incluso se dio el lujo que quitarse las varillas del pelo para dejar su cabello suelto, teniendo algo de picazón por la acumulación de arena.
—Maldita tormenta de arena... He escuchado rumores de que a veces son tan terribles que se alargan por días, quizás incluso Inaka esté cubierta ahora mismo—. Comentó mientras se quitaba la chaqueta y se intentaba sacudir el pelo.
Pocas veces habían logrado impresionar al Senju, y de paso lograr que lo expresara. No tenía idea de que clase de técnica era la que había usado el otro, pero algo si era seguro: les había salvado el pellejo. "¿Esto será lo que llaman el Doton? Joder, es una naturaleza muy útil, me pregunto que otra clase de cosas se podrán hacer con ella." En cuanto el viento dejó se soplar se sintió aliviado y se permitió caer de rodillas al suelo, sosteniendo el resto de su peso con ambas manos mientras se permitía respirar hondo. Le hacía mucha falta después de la extensa caminata.
—¡Ahhhhg!— Se tuvo que cubrir la cara cuando el perro tuerto se sacudió, dejándole más arena encima de la que ya traía. El Isa por su lado tuvo que resignarse a limpiarse, sabía que no podía razonar ni quejarse por las actitudes de un animal. —Fuf, este jutsu tuyo es muy práctico.— Lo elogió mientras se acercaba a uno de los muros.
Estaba fatigado hasta el demonio, por lo que al nomas entrar en contacto con la misma se dejó caer lentamente hasta quedar sentado. Incluso se dio el lujo que quitarse las varillas del pelo para dejar su cabello suelto, teniendo algo de picazón por la acumulación de arena.
—Maldita tormenta de arena... He escuchado rumores de que a veces son tan terribles que se alargan por días, quizás incluso Inaka esté cubierta ahora mismo—. Comentó mientras se quitaba la chaqueta y se intentaba sacudir el pelo.