18/08/2015, 20:24
Atento a la respuesta que ésta pudiese darle, el chico no pudo mas que reír ante la respuesta. La pequeña no le daba respuesta a sus preguntas, si no que hasta le había confundido con uno de sus juguetes de la hora del té. Le preguntó si quería helado, y le dijo que si le apetecía, Kaori se lo podría traer. Además, hizo un hincapié curioso, su muñeca estaba a dieta. Era curioso, tan joven y ya estaba pensando que su muñeca debía tener una silueta mas esculpida y bulímica...
El chico, lejos de perder los nervios, se tomó el juego como lo que era, un juego. Al menos ésta chica parecía no temerle, eso era algo de agradecer en kusagakure. Se dejó resbalar un poco mas, y se giró sobre sí mismo, dejando las piernas hacia su izquierda. Cruzó las piernas entre sí, dejando el tobillo derecho sobre la rodilla izquierda, y terminó reposando el codo derecho sobre la mesa. Éste fue el apoyo perfecto para su mejilla en su terminación, la mano. Una posición cómoda y nada estirada. Todo lo contrario a lo que la chica mostraba.
Pasando por alto el detalle de que la chica sabía manipular objetos inanimados, el resto parecía ir bien.
—Si.— Contestó abrupto el chico, dejando entre medio un ligero silencio. —La verdad es que está gorda... tú deberías imitarla. El helado de fresa no te va a hacer ningún bien.—
Si había algo a lo que era bueno jugando, era a ser molesto. Aunque la chica no era mala para nada, quizás si el chico no fuese paciente como un manatí, ella tendría alguna opción. De momento, un absurdo juego parecía comenzar. Lamentablemente para ambos, no llegarían a ningún lugar...
"Quizás debería haberle dicho simplemente que sí quería un helado... al menos así habría salido ganando un helado..."
—Y ahora volviendo a lo que íbamos... ¿Por qué?—
Terminó preguntando nuevamente, refiriéndose evidentemente a porqué no le tenía miedo.
El chico, lejos de perder los nervios, se tomó el juego como lo que era, un juego. Al menos ésta chica parecía no temerle, eso era algo de agradecer en kusagakure. Se dejó resbalar un poco mas, y se giró sobre sí mismo, dejando las piernas hacia su izquierda. Cruzó las piernas entre sí, dejando el tobillo derecho sobre la rodilla izquierda, y terminó reposando el codo derecho sobre la mesa. Éste fue el apoyo perfecto para su mejilla en su terminación, la mano. Una posición cómoda y nada estirada. Todo lo contrario a lo que la chica mostraba.
Pasando por alto el detalle de que la chica sabía manipular objetos inanimados, el resto parecía ir bien.
—Si.— Contestó abrupto el chico, dejando entre medio un ligero silencio. —La verdad es que está gorda... tú deberías imitarla. El helado de fresa no te va a hacer ningún bien.—
Si había algo a lo que era bueno jugando, era a ser molesto. Aunque la chica no era mala para nada, quizás si el chico no fuese paciente como un manatí, ella tendría alguna opción. De momento, un absurdo juego parecía comenzar. Lamentablemente para ambos, no llegarían a ningún lugar...
"Quizás debería haberle dicho simplemente que sí quería un helado... al menos así habría salido ganando un helado..."
—Y ahora volviendo a lo que íbamos... ¿Por qué?—
Terminó preguntando nuevamente, refiriéndose evidentemente a porqué no le tenía miedo.