14/02/2018, 00:46
(Última modificación: 14/02/2018, 00:47 por Umikiba Kaido.)
—Estupendo —dijo Jitsuna—. Acompañadme, pues.
El gyojin dio aquel primer paso para seguirlas. No obstante, fue detenido por el agarre de Kano, quien le abrazó con la camaradería de un principiante. Consejos, dijo tener que darle. Kaido le miró por encima del pescuezo y suspiró profundamente.
Luego, asintió y no dejó de verle el culo a Kila hasta que ésta cruzara el umbral.
—¡Por Susano’o, me estáis volviendo loco!
—¿Yo? —dijo, volteándose en súbito. Luego haló la pulsera negra—. ¿O Kila y su muy casual brazalete?
Dio tres pasos y cogió una silla para tomar asiento, también.
—Vamos Kano, no es tan difícil verlo. ¿O recibe tipos azules con dientes de sierra en su barco todos los días en busca de curro?
El gyojin dio aquel primer paso para seguirlas. No obstante, fue detenido por el agarre de Kano, quien le abrazó con la camaradería de un principiante. Consejos, dijo tener que darle. Kaido le miró por encima del pescuezo y suspiró profundamente.
Luego, asintió y no dejó de verle el culo a Kila hasta que ésta cruzara el umbral.
—¡Por Susano’o, me estáis volviendo loco!
—¿Yo? —dijo, volteándose en súbito. Luego haló la pulsera negra—. ¿O Kila y su muy casual brazalete?
Dio tres pasos y cogió una silla para tomar asiento, también.
—Vamos Kano, no es tan difícil verlo. ¿O recibe tipos azules con dientes de sierra en su barco todos los días en busca de curro?