14/02/2018, 01:58
—¡Me han robado el pan de mi familia! ¡Eso es lo que me han robado! —rugió, mientras estampaba la mano una y otra vez sobre la barra, rojo de ira—. ¡Van ya dos veces! —se acercó a la caja, abriéndola y dejando ver distintos billetes y monedas—. ¡Me la vaciaron toda! ¡Y ahora que llegan las fiestas, esto va a estar a rebosar!
La cerró de un golpetazo, y rellenó tanto su copa como la de Kaido, pese a que la de él apenas había bajado. Dio un gran sorbo.
—Pero eso no es lo que más me preocupa. —Sus ojos fueron hasta la puerta y las escaleras para asegurarse de que no había nadie. Entonces sí, por primera vez, medio consiguió bajar la voz—. Hace una semana, mientras hacía yo guardia para intentar pillar al cabrón, lo vi. La vi —se corrigió—. Iba toda de negro, con la cabeza cubierta, pero se notaba que era una chica. Iba por el pasillo —dijo, e hizo un gesto señalando la puerta por la que habían desaparecido su esposa y Kila—, e intentó forcejear la cerradura del camarote de mi sobrina. ¡Mi sobrina, Kaido! ¡Muy pocas personas lo saben, pero es allí donde guardo mi caja fuerte! ¡Casi la atrapo, pero me vio venir y se escapó por los pelos! ¡Era rápida, la condenada! ¡Como una jodida anguila!
La cerró de un golpetazo, y rellenó tanto su copa como la de Kaido, pese a que la de él apenas había bajado. Dio un gran sorbo.
—Pero eso no es lo que más me preocupa. —Sus ojos fueron hasta la puerta y las escaleras para asegurarse de que no había nadie. Entonces sí, por primera vez, medio consiguió bajar la voz—. Hace una semana, mientras hacía yo guardia para intentar pillar al cabrón, lo vi. La vi —se corrigió—. Iba toda de negro, con la cabeza cubierta, pero se notaba que era una chica. Iba por el pasillo —dijo, e hizo un gesto señalando la puerta por la que habían desaparecido su esposa y Kila—, e intentó forcejear la cerradura del camarote de mi sobrina. ¡Mi sobrina, Kaido! ¡Muy pocas personas lo saben, pero es allí donde guardo mi caja fuerte! ¡Casi la atrapo, pero me vio venir y se escapó por los pelos! ¡Era rápida, la condenada! ¡Como una jodida anguila!