19/02/2018, 00:07
—¡Maldita sea! —siseó, en un susurro—. ¿Por qué siempre me acabo metiendo en líos?
— Bueeeeeeeeennooooooooo... Porbablemente metas tu narizota donde no debas. Deberías aprender de tus errores, kunoichi — respondió la araña mientras se le escapaba su inevitable risita entre dientes.
—¡Está bien, está bien!
— Cierra esa bocota, 8 ojos — repliqué ante la "broma" del animal. Era evidente que tenía un mal juicio a la hora de realizar sus bromas. Y aquel definitivamente no era el momento — Perdonala, Ayame-san, a veces no sabe controlarse y puede resultar un poco.. bueno, desagradable
Empezamos a caminar y la niña empezó de nuevo a dar saltitos encima de la nieve, moviéndose más rápido que nosotros, aunque no demasiado.
— Adelantate, Kumopansa, protege a la niña. No sabemos si nos encontraremos peligros durante el camino — ordené con el claro objetivo de que no fuera una molestia para Ayame de nuevo — Bien, ahora que estamos solos, dejame decirte que a mi tampoco es que me chiflé esta idea de meternos en casas de desconocidos. No soy un completo descerebrado, pero entre los dos podremos arreglarnoslas y bueno... ¿Mejor esto que dormir aquí fuera con la nieve, verdad? Confía en mí, estaremos bien
— ¡Por aquí, vamos!
La niña señalo el camino de la derecha en una bifurcación. Nos adentrábamos en un bosque no muy oscuro que nos resguardaría un poco de la nieve.
— Bueeeeeeeeennooooooooo... Porbablemente metas tu narizota donde no debas. Deberías aprender de tus errores, kunoichi — respondió la araña mientras se le escapaba su inevitable risita entre dientes.
—¡Está bien, está bien!
— Cierra esa bocota, 8 ojos — repliqué ante la "broma" del animal. Era evidente que tenía un mal juicio a la hora de realizar sus bromas. Y aquel definitivamente no era el momento — Perdonala, Ayame-san, a veces no sabe controlarse y puede resultar un poco.. bueno, desagradable
Empezamos a caminar y la niña empezó de nuevo a dar saltitos encima de la nieve, moviéndose más rápido que nosotros, aunque no demasiado.
— Adelantate, Kumopansa, protege a la niña. No sabemos si nos encontraremos peligros durante el camino — ordené con el claro objetivo de que no fuera una molestia para Ayame de nuevo — Bien, ahora que estamos solos, dejame decirte que a mi tampoco es que me chiflé esta idea de meternos en casas de desconocidos. No soy un completo descerebrado, pero entre los dos podremos arreglarnoslas y bueno... ¿Mejor esto que dormir aquí fuera con la nieve, verdad? Confía en mí, estaremos bien
— ¡Por aquí, vamos!
La niña señalo el camino de la derecha en una bifurcación. Nos adentrábamos en un bosque no muy oscuro que nos resguardaría un poco de la nieve.
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa