20/02/2018, 22:52
El chico que supuestamente iba a ser su subordinado se quedó callado unos segundos, quizá sopesando la respuesta. Juro se mantuvo en un silencio sepulcral, hasta que se decidió a hablar.
—Por el dinero. Me hice ninja por voluntad de mi padre, para poder traer dinero a casa.
Juro abrió los ojos al escuchar la primera palabra, pero se contuvo. No es que no se lo esperase o le pareciese una mala razón. Sería hipócrita de su parte. Muchos shinobi, de hecho, lo hacían. Solamente, no se lo esperaba de una forma tan directa.
—Pero la razón por la que sigo siendo ninja es diferente. Ahora lo único que quiero es mejorar para poder ayudar y proteger a mi familia, a toda mi familia. Supongo que esta es la manera en la que se suponía que tendría que contribuir a la aldea. No sé si crees en el destino, Juro-san, pero yo creo que este es el mío.
Juro esbozó una media sonrisa. Daigo era interesante de cierto modo. Aunque su discurso parecía, de cierta forma, un poco utópico. Un poder capaz de proteger a su gente.
« Juzgaré ese poder durante la misión » — reflexionó para sí.
Con la pregunta, Daigo le pasó la pelota. Juro se dio cuenta de que no había dicho nada.
— Siento que fueras obligado en un principio — murmuró, aunque por lo que se veía, el chico ya lo tenía más que superado —. Es un propósito noble. En cierto modo, te pega. Me alegra ver que estes tan convencido de tu camino.
Se aclaró la garganta. No quería hacer de su opinión un espectáculo. Supuso que, al preguntar, ya estaba bajo las condiciones que él mismo tendría que contar el suyo. Pero no tenía demasiado que contar.
— Bueno, supongo que el dinero en mi casa no es el problema. Mi hermana lleva una tienda cuando no esta de misión. Quizá la hayas visitado — dijo, encogiéndose de hombros —. Me crié en una familia complicada. Mi difunta madre fue una gran marionetista en su tiempo, y desde pequeño, siempre quise seguir su ejemplo. La verdad es que no me lo plantee mucho. Continuar el legado de mi familia y seguir creando inventos. Con eso, soy feliz.
Juro se encogió de hombros. No era una historia de vocación incondicional o un deseo de ayudar por encima de sí mismo, supuso, pero era lo suyo.
— Me preguntaste si creía en el destino. Sí, la verdad es que creo. Esta ahí, y a veces es un cabrón — dijo, con simpleza —. Pero aquí estamos, tú y yo, a punto de hacer una C.
Juro suspiró, risueño. Muchas cosas podían pasarle por la cabeza en ese momento, pero con lo que había contado, estaba más que satisfecho.
—Por el dinero. Me hice ninja por voluntad de mi padre, para poder traer dinero a casa.
Juro abrió los ojos al escuchar la primera palabra, pero se contuvo. No es que no se lo esperase o le pareciese una mala razón. Sería hipócrita de su parte. Muchos shinobi, de hecho, lo hacían. Solamente, no se lo esperaba de una forma tan directa.
—Pero la razón por la que sigo siendo ninja es diferente. Ahora lo único que quiero es mejorar para poder ayudar y proteger a mi familia, a toda mi familia. Supongo que esta es la manera en la que se suponía que tendría que contribuir a la aldea. No sé si crees en el destino, Juro-san, pero yo creo que este es el mío.
Juro esbozó una media sonrisa. Daigo era interesante de cierto modo. Aunque su discurso parecía, de cierta forma, un poco utópico. Un poder capaz de proteger a su gente.
« Juzgaré ese poder durante la misión » — reflexionó para sí.
Con la pregunta, Daigo le pasó la pelota. Juro se dio cuenta de que no había dicho nada.
— Siento que fueras obligado en un principio — murmuró, aunque por lo que se veía, el chico ya lo tenía más que superado —. Es un propósito noble. En cierto modo, te pega. Me alegra ver que estes tan convencido de tu camino.
Se aclaró la garganta. No quería hacer de su opinión un espectáculo. Supuso que, al preguntar, ya estaba bajo las condiciones que él mismo tendría que contar el suyo. Pero no tenía demasiado que contar.
— Bueno, supongo que el dinero en mi casa no es el problema. Mi hermana lleva una tienda cuando no esta de misión. Quizá la hayas visitado — dijo, encogiéndose de hombros —. Me crié en una familia complicada. Mi difunta madre fue una gran marionetista en su tiempo, y desde pequeño, siempre quise seguir su ejemplo. La verdad es que no me lo plantee mucho. Continuar el legado de mi familia y seguir creando inventos. Con eso, soy feliz.
Juro se encogió de hombros. No era una historia de vocación incondicional o un deseo de ayudar por encima de sí mismo, supuso, pero era lo suyo.
— Me preguntaste si creía en el destino. Sí, la verdad es que creo. Esta ahí, y a veces es un cabrón — dijo, con simpleza —. Pero aquí estamos, tú y yo, a punto de hacer una C.
Juro suspiró, risueño. Muchas cosas podían pasarle por la cabeza en ese momento, pero con lo que había contado, estaba más que satisfecho.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60