25/02/2018, 01:11
Juro sonrió un poco al escuchar las palabras de Daigo, las cuales trataban de sonar tranquilizadoras. Decía que continuar el legado familiar era algo noble. También, que sentía lo de su madre. El marionetista lo había superado — aunque tenía sus altibajos — hacía ya un tiempo, pero tampoco desdeño el gesto.
Su compañero de misión continuó con la charla.
—Tienes razón, y ha sido una suerte que hayas aparecido justo en ese momento. De lo contrario ahora mismo estaría camino a alguna misión trivial. Aunque supongo que es algo por lo que todos los ninja tienen que pasar.
« No sabes cuanta razón tienes... » — pensó para sí, recordando sus propios comienzos.
Como si pudiese leer su mente, Daigo le preguntó casi inmediatamente.
—¿Alguna vez has hecho una?. Me refiero a una misión rango D.
— Claro. Hice varias — murmuró Juro, en respuesta —. Las marionetas son muy caras y necesitaba bastante dinero, así que nunca me falto motivación, precisamente. Aunque fuesen ridículas.
Juro soltó una carcajada. Si. Nunca se olvidaría de sus misiones de rango D. Y aunque las veía lejos ahora, nada le aseguraba que no tuviese que hacer más. Era su primera C. Siempre podían fracasar estrepitosamente y demostrar que no debían haber confiado en ellos.
— En mi primera misión de rango D tuve que trabajar en un puesto de dangos, en la torre de ocio. Aunque no llegue a ejercer, mi trabajo consistió en recoger el traje y ir a la tintorería para lavarlo — murmuró, quizá un poco risueño —. Luego, nuestro amigo el secretario musculoso también me mandó otra de entrenamiento. Tuve que correr alrededor de toda la aldea. Decía que estaba muy poco entrenado en mi forma física, y la verdad es que tenía razón.
Suspiró. Si. Horribles recuerdos.
— Empiezo a sospechar que esa es la razón por la que me nombró capitan del equipo — admitió Juro, consciente de que ese hombre parecía considerar el cuerpo como lo más importante —. Supongo que luego las echaremos de menos ¿sabes? Cuando estemos jugandonos la vida de verdad allá fuera.
Su compañero de misión continuó con la charla.
—Tienes razón, y ha sido una suerte que hayas aparecido justo en ese momento. De lo contrario ahora mismo estaría camino a alguna misión trivial. Aunque supongo que es algo por lo que todos los ninja tienen que pasar.
« No sabes cuanta razón tienes... » — pensó para sí, recordando sus propios comienzos.
Como si pudiese leer su mente, Daigo le preguntó casi inmediatamente.
—¿Alguna vez has hecho una?. Me refiero a una misión rango D.
— Claro. Hice varias — murmuró Juro, en respuesta —. Las marionetas son muy caras y necesitaba bastante dinero, así que nunca me falto motivación, precisamente. Aunque fuesen ridículas.
Juro soltó una carcajada. Si. Nunca se olvidaría de sus misiones de rango D. Y aunque las veía lejos ahora, nada le aseguraba que no tuviese que hacer más. Era su primera C. Siempre podían fracasar estrepitosamente y demostrar que no debían haber confiado en ellos.
— En mi primera misión de rango D tuve que trabajar en un puesto de dangos, en la torre de ocio. Aunque no llegue a ejercer, mi trabajo consistió en recoger el traje y ir a la tintorería para lavarlo — murmuró, quizá un poco risueño —. Luego, nuestro amigo el secretario musculoso también me mandó otra de entrenamiento. Tuve que correr alrededor de toda la aldea. Decía que estaba muy poco entrenado en mi forma física, y la verdad es que tenía razón.
Suspiró. Si. Horribles recuerdos.
— Empiezo a sospechar que esa es la razón por la que me nombró capitan del equipo — admitió Juro, consciente de que ese hombre parecía considerar el cuerpo como lo más importante —. Supongo que luego las echaremos de menos ¿sabes? Cuando estemos jugandonos la vida de verdad allá fuera.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
...
Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60