27/02/2018, 16:50
Yoku Reon torció el gesto, algo disconforme por la acertada de la respuesta de su compañero provisional. Jjitsuna, por otro lado, asintió, mientras se llenaba otro vaso de zumo.
—Suele levantarse algo más tarde…
Como si hubiese sentido que habían estado hablando de ella todo aquel tiempo, Shenjin Koe hizo acto de aparición. Era una chica de unos diecisiete años, de cabello teñido de azul turquesa, que le caía de forma ondulada hasta por debajo de los hombros, piel clara y ojos oscuros. Se notaba que su cabello natural era negro como el carbón, pues tenía unos centímetros de ese color en el nacimiento de su pelo, libre de tinte. Vestía un jersey de lana claro y ancho, unos leggins negros y unas botas altas. En la mano, un gorro de lana con visera que todavía no se había puesto.
—Buenos días —dijo con aire ausente. Parecía en su propio mundo, perdida en sus pensamientos, hasta que vio a Kaido… y sus dientes de sierra. O quizá fue su piel azulada la que le llamó la atención. Parpadeó varias veces, hasta que se dio cuenta que probablemente estaba siendo maleducada y carraspeó—. Pensé que solo contrataríamos a una persona… —dijo, desviando la mirada hacia Kila.
—Tu tío se empeñó en tener a dos para las fiestas… Y ya sabes cómo se pone cuando se le mete algo en la cabeza.
Koe apenas desvió la mirada hacia su tía.
—Mi nombre es Shenjin Koe. Un placer.
—Yo soy Kila.
—Suele levantarse algo más tarde…
Como si hubiese sentido que habían estado hablando de ella todo aquel tiempo, Shenjin Koe hizo acto de aparición. Era una chica de unos diecisiete años, de cabello teñido de azul turquesa, que le caía de forma ondulada hasta por debajo de los hombros, piel clara y ojos oscuros. Se notaba que su cabello natural era negro como el carbón, pues tenía unos centímetros de ese color en el nacimiento de su pelo, libre de tinte. Vestía un jersey de lana claro y ancho, unos leggins negros y unas botas altas. En la mano, un gorro de lana con visera que todavía no se había puesto.
—Buenos días —dijo con aire ausente. Parecía en su propio mundo, perdida en sus pensamientos, hasta que vio a Kaido… y sus dientes de sierra. O quizá fue su piel azulada la que le llamó la atención. Parpadeó varias veces, hasta que se dio cuenta que probablemente estaba siendo maleducada y carraspeó—. Pensé que solo contrataríamos a una persona… —dijo, desviando la mirada hacia Kila.
—Tu tío se empeñó en tener a dos para las fiestas… Y ya sabes cómo se pone cuando se le mete algo en la cabeza.
Koe apenas desvió la mirada hacia su tía.
—Mi nombre es Shenjin Koe. Un placer.
—Yo soy Kila.