28/02/2018, 18:19
El sin nombre aseguró ahora estar convencido de que al hombre —padre de Etsu— le faltaban algo mas que un par de tornillos tras escuchar su respuesta. Audaz, como bien había demostrado en anterior ocasión, dejó caer que parecían no conocer la palabra derrota. En cierta manera, así era. Había podido perder alguna que otra batalla, pero jamás perderían la guerra.
—No es que no conozcamos la palabra. Tan solo nos esforzamos por no saborearla. Los mejores shinobis del mundo no han surgido de la noche a la mañana.
En realidad el chico no pareció muy sorprendido cuando le advirtió que posiblemente el otro Inuzuka se había quedado con él. De hecho, supuso que era lo normal, después de todo entre ninjas lo normal era no hablar de mas. Quizás así era, pero en su caso era algo distinto. Tenía que hacer resurgir el apellido familiar, si nadie sabía de ellos... ¿cómo hacerlo si no? Las competiciones y los rangos que alcanzase en un futuro hablarían también a su favor, pero mientras tanto, informar a gente de cosas obvias no suponía ningún problema.
El tuerto, rey entre los ciegos, no tardó en atacar de nuevo con una pregunta. En ésta ocasión sentía cierta curiosidad acerca de su hermano, y de si era verdad que los Inuzuka podían comunicarse con ellos. En cierto modo así era, pero es que en realidad había mas que un simple lenguaje de por medio.
—En realidad si, y no —contestó —desde pequeños nos criamos junto a un hermano, un único compañero de por vida; en mi caso Akane. No comprendo del todo su lenguaje, pero al habernos criado desde pequeños y habernos adiestrado juntos como shinobis, casi entiendo lo que él piensa así como él lo que yo pienso. El resto es simplemente interpretar los sonidos, las miradas, incluso los gestos. Pasa lo mismo al contrario, él también entiendo la mayoría de lo que yo digo, pero lo tendría algo mas complicado intentando entenderte a ti, por ejemplo.
—¡wof! —confirmó el cuadrúpedo.
—No es que no conozcamos la palabra. Tan solo nos esforzamos por no saborearla. Los mejores shinobis del mundo no han surgido de la noche a la mañana.
En realidad el chico no pareció muy sorprendido cuando le advirtió que posiblemente el otro Inuzuka se había quedado con él. De hecho, supuso que era lo normal, después de todo entre ninjas lo normal era no hablar de mas. Quizás así era, pero en su caso era algo distinto. Tenía que hacer resurgir el apellido familiar, si nadie sabía de ellos... ¿cómo hacerlo si no? Las competiciones y los rangos que alcanzase en un futuro hablarían también a su favor, pero mientras tanto, informar a gente de cosas obvias no suponía ningún problema.
El tuerto, rey entre los ciegos, no tardó en atacar de nuevo con una pregunta. En ésta ocasión sentía cierta curiosidad acerca de su hermano, y de si era verdad que los Inuzuka podían comunicarse con ellos. En cierto modo así era, pero es que en realidad había mas que un simple lenguaje de por medio.
—En realidad si, y no —contestó —desde pequeños nos criamos junto a un hermano, un único compañero de por vida; en mi caso Akane. No comprendo del todo su lenguaje, pero al habernos criado desde pequeños y habernos adiestrado juntos como shinobis, casi entiendo lo que él piensa así como él lo que yo pienso. El resto es simplemente interpretar los sonidos, las miradas, incluso los gestos. Pasa lo mismo al contrario, él también entiendo la mayoría de lo que yo digo, pero lo tendría algo mas complicado intentando entenderte a ti, por ejemplo.
—¡wof! —confirmó el cuadrúpedo.
~ No muerdas lo que no piensas comerte ~