—Lo más cerca que he estado fue durante el Torneo de los Dojos —se lamentó el Uchiha.
Al instante en que escuché aquellas palabras mi diestra se elevó a mi frente dando una pequeña palmada, ahora lo acababa de recordar, sí que había luchado con un shinobi de la hierba, ¿cómo lo había olvidado? —Estoy mal de la cabeza, ya ni me acordaba de la batalla que tuve en el Torneo de los Dojos.— Comenté primeramente. —En mi la primera ronda tuve que luchar con Yota, un moreno con cabello amarillo, realmente fue un contrincante formidable, quería que se rindiera, incluso estuvo cerca de la muerte, no lo asesiné por las reglas, entonces perdí, su técnica me dio de lleno y caí inconsciente.— Expliqué brevemente, ciertamente él no había visto ninguna batalla, ese fue mi beneficio al ser espectador. —Y sí, justamente fue Yota quien llegó tan lejos, sí mal no recuerdo.— Hice memoria.
—Supongo que dentro de poco ya no se me permitirá participar en estas competiciones...—
"¿Será que no quieren seguir demostrando sus habilidades a todas las villas?" Fue lo primero que pensé.
La conversación cambió repentinamente cuando recordé la imagen de la pelirroja, ciertamente su ausencia me entristecía, quizá por la forma en que había ocurrido todo el suceso, seguramente porque me encontraba ahí presenciandolo todo, aquella escena aún la tenía en mi mente y lograba recordar con exactitud cada palabra y cada acción.
—Un ninja se despoja de todo sentimiento. Solo nos hacen más débiles. — Manifestó el pelinegro con un deje de rabia.
—Ciertamente, es así, pero no podemos olvidar que somos humanos.— Respondí.
El tiempo de charla estaba llegando a su fin, ahora era la hora de la acción, Uchiha alzó su guardia, sus ojos se tiñeron de un rojo carmesí con tres comas alrededor de su iris, las visualicé bien, ya me había olvidado de su dōjutsu.
—Vamos, Keisuke-san. No te contengas... Yo no pienso hacerlo.
—Solo espero no terminar muerto.— Dibujé una sonrisa amarga. —Después de todo estoy luchando contra el ganador del torneo, yo que ni siquiera pasé la primera ronda.—
"¿Qué sé de Akame?" Pensé rápidamente antes de hacer un movimiento. "Poseedor del elemento fuego, tengo ventaja elemental y esos rojos ojos... Aún no sé que hacen, ¿serán como el Byakugan?"
Llevé mi siniestra a mi porta-objetos, tomé dos estrellas metálicas y sin dudarlo las envié directamente al tórax de mi contrincante, seguidamente busqué con mi diestra tres agujas metálicas y me adelanté dos metros, luego las enviaría directamente a la posición a que Akame se moviera para esquivar los primero proyectiles, una vez hecho esto empezaría a correr en hacia él, pero no en linea recta, sino zigzag, no obstante no acortaría toda la distancia que nos separaba, sino que me mantendría un margen de cuatro metros, no entraría de lleno con el taijutsu, tampoco me quedaría quiero correría en dirección a su izquierda, o sea mi derecha, en una circunferencia imaginaria y mantendría esa distancia.
Al instante en que escuché aquellas palabras mi diestra se elevó a mi frente dando una pequeña palmada, ahora lo acababa de recordar, sí que había luchado con un shinobi de la hierba, ¿cómo lo había olvidado? —Estoy mal de la cabeza, ya ni me acordaba de la batalla que tuve en el Torneo de los Dojos.— Comenté primeramente. —En mi la primera ronda tuve que luchar con Yota, un moreno con cabello amarillo, realmente fue un contrincante formidable, quería que se rindiera, incluso estuvo cerca de la muerte, no lo asesiné por las reglas, entonces perdí, su técnica me dio de lleno y caí inconsciente.— Expliqué brevemente, ciertamente él no había visto ninguna batalla, ese fue mi beneficio al ser espectador. —Y sí, justamente fue Yota quien llegó tan lejos, sí mal no recuerdo.— Hice memoria.
—Supongo que dentro de poco ya no se me permitirá participar en estas competiciones...—
"¿Será que no quieren seguir demostrando sus habilidades a todas las villas?" Fue lo primero que pensé.
La conversación cambió repentinamente cuando recordé la imagen de la pelirroja, ciertamente su ausencia me entristecía, quizá por la forma en que había ocurrido todo el suceso, seguramente porque me encontraba ahí presenciandolo todo, aquella escena aún la tenía en mi mente y lograba recordar con exactitud cada palabra y cada acción.
—Un ninja se despoja de todo sentimiento. Solo nos hacen más débiles. — Manifestó el pelinegro con un deje de rabia.
—Ciertamente, es así, pero no podemos olvidar que somos humanos.— Respondí.
El tiempo de charla estaba llegando a su fin, ahora era la hora de la acción, Uchiha alzó su guardia, sus ojos se tiñeron de un rojo carmesí con tres comas alrededor de su iris, las visualicé bien, ya me había olvidado de su dōjutsu.
—Vamos, Keisuke-san. No te contengas... Yo no pienso hacerlo.
—Solo espero no terminar muerto.— Dibujé una sonrisa amarga. —Después de todo estoy luchando contra el ganador del torneo, yo que ni siquiera pasé la primera ronda.—
"¿Qué sé de Akame?" Pensé rápidamente antes de hacer un movimiento. "Poseedor del elemento fuego, tengo ventaja elemental y esos rojos ojos... Aún no sé que hacen, ¿serán como el Byakugan?"
Llevé mi siniestra a mi porta-objetos, tomé dos estrellas metálicas y sin dudarlo las envié directamente al tórax de mi contrincante, seguidamente busqué con mi diestra tres agujas metálicas y me adelanté dos metros, luego las enviaría directamente a la posición a que Akame se moviera para esquivar los primero proyectiles, una vez hecho esto empezaría a correr en hacia él, pero no en linea recta, sino zigzag, no obstante no acortaría toda la distancia que nos separaba, sino que me mantendría un margen de cuatro metros, no entraría de lleno con el taijutsu, tampoco me quedaría quiero correría en dirección a su izquierda, o sea mi derecha, en una circunferencia imaginaria y mantendría esa distancia.