3/03/2018, 00:23
Las estrellas metálicas siguieron de largo sin siquiera rozar a mi contrincante, cosa que no me tomó por sorpresa, realmente no era un ataque que esperaba que acertara, seguido a ello ocurrió la evasión de las dos primera agujas para luego confrontar la tercera con una cuchilla que apareció desde su manga. "Mecanismo oculto, debo tener cuidado a lo mejor tiene otro..."
Indistintamente de ello, ya me encontraba corriendo hacia él y mi plan era mantener la distancia para no quedar a su merced, atacaría luego de estar rodeandole, pero como Akame no era manco, él también usaría una ofensiva, no obstante, no me detuve seguí mi trayectoria, Uchiha pronunció la técnica y al unísono unos látigos flamígeros salieron de sus pies siguiendo mi trayectoria, en unos segundos vi como las llamas empezaban a sobrepasarme y entonces me detuve de lleno, y fue ahí cuando caí en cuenta que me encontraba encerrado en una especie de cárcel de llamas, la cual tenía una única salida, y era por arriba.
El fuego ondeaba de un lado a otro permitiéndome ver el exterior, la posición del pelinegro. —Vaya, me atrapaste.— Admití de frente hacia él, el calor empezaba a sentirse y mi cuerpo a sudar; no dudé en unir mis manos en una corta secuencia de sellos. —Suiton: Mizurappa!— De mi boca salió un potente chorro hídrico de cuatros metros de ancho, el mismo iría dirigido a la dirección de mi rival con la finalidad de apagar las llamas que me apresaban y si era posible derrumbarlo por la potencia del ataque, objetivo que trataría de lograr haciendo una persecución a sus movimientos con mi técnica de agua.
Indistintamente de ello, ya me encontraba corriendo hacia él y mi plan era mantener la distancia para no quedar a su merced, atacaría luego de estar rodeandole, pero como Akame no era manco, él también usaría una ofensiva, no obstante, no me detuve seguí mi trayectoria, Uchiha pronunció la técnica y al unísono unos látigos flamígeros salieron de sus pies siguiendo mi trayectoria, en unos segundos vi como las llamas empezaban a sobrepasarme y entonces me detuve de lleno, y fue ahí cuando caí en cuenta que me encontraba encerrado en una especie de cárcel de llamas, la cual tenía una única salida, y era por arriba.
El fuego ondeaba de un lado a otro permitiéndome ver el exterior, la posición del pelinegro. —Vaya, me atrapaste.— Admití de frente hacia él, el calor empezaba a sentirse y mi cuerpo a sudar; no dudé en unir mis manos en una corta secuencia de sellos. —Suiton: Mizurappa!— De mi boca salió un potente chorro hídrico de cuatros metros de ancho, el mismo iría dirigido a la dirección de mi rival con la finalidad de apagar las llamas que me apresaban y si era posible derrumbarlo por la potencia del ataque, objetivo que trataría de lograr haciendo una persecución a sus movimientos con mi técnica de agua.