26/03/2018, 15:43
—Coff coff.— A penas salí de la cortina de humo, y di una buena bocanada de aire la tos me atacó, una quinta de tos, ojos llorosos y mi rostro probablemente sí pudiera verlo estaría bastante rojo. La jugada me hacía salido por la culata y era aún peor cuando sentí el beso de aquellos filos clavándose en mi cuerpo, rompiemdo mi piel y dejando escapar unos hilos de aquél carmesí líquido.
Miré rápidamente a la dirección de dónde venía el ataque, con mi derecha quité las estrellas que se incrustaron en mi brazo izquierdo y entonces miré con cierto odio a Akame, estaba enojado porque nada de lo que estaba haciendo funcionaba; fue nada más deshacerme de las shurikens y entonces llevé mi siniestra a mi espalda. —Eres una caja de sorpresas, ¿no?— Emití con una voz un poco cansada.
Tracé una linea recta e imaginaria en mi mente hacia Uchiha, y entonces solo fue hace un simple y único sello con mi zurda, la cual se mantenía oculta, y entonces mi cuerpo parpadeó, y se movió a una gran velocidad directamente hacia el poseedor de los ojos rojos, justo en el momento de nuestro encuentro dirigí mi diestra, en forma de puño, a su estómago, un golpe cargado de energía. Con ese último movimiento fue más que suficiente para que mi cuerpo empezara a pasar factura, el cansancio estaba empezando notarse...
Miré rápidamente a la dirección de dónde venía el ataque, con mi derecha quité las estrellas que se incrustaron en mi brazo izquierdo y entonces miré con cierto odio a Akame, estaba enojado porque nada de lo que estaba haciendo funcionaba; fue nada más deshacerme de las shurikens y entonces llevé mi siniestra a mi espalda. —Eres una caja de sorpresas, ¿no?— Emití con una voz un poco cansada.
Tracé una linea recta e imaginaria en mi mente hacia Uchiha, y entonces solo fue hace un simple y único sello con mi zurda, la cual se mantenía oculta, y entonces mi cuerpo parpadeó, y se movió a una gran velocidad directamente hacia el poseedor de los ojos rojos, justo en el momento de nuestro encuentro dirigí mi diestra, en forma de puño, a su estómago, un golpe cargado de energía. Con ese último movimiento fue más que suficiente para que mi cuerpo empezara a pasar factura, el cansancio estaba empezando notarse...