27/03/2018, 01:15
Un bostezo con las primeras luces opacas de la mañanas, que apenas si se filtraban bajo el nublado cielo de Amegakure, fue lo primero que pudo hacer el monje sin siquiera separar sus pestañas. Sus últimos días estaban siendo tranquilos a pesar de no haber aflojado con su entrenamiento, pero era una realidad que se estaba estancando bastante en sus deberes como shinobi y en su hobby de conocer cada rincón del continente.
Mientras se higienizaba, se vestía y desayunaba, su mente iba paso a paso atravesando el planeamiento del día. Ir de compras, entrenar, tal vez ir la costa a nadar un poco, y tal vez al final del día ir al edificio de la Arashikage a pedir una futura misión. Pero mientras calentaba el agua para el té, fue cuando miró por primera vez la puerta de su pequeño departamento en una de las tantas torres de la ciudad. Un papel yacía ahí, pegado.
«Pero qué mierda...»
Y es que lo extraño era justamente eso. El cuadrado blanco escrito estaba dentro, dejando sin lugar a duda la conclusión de que alguien había estado adentro.
¿Encargo extra-oficial? Nunca había escuchado algo así en su corta carrera, y tampoco de recibirlos de esa manera, con un intruso nocturno. Aún así tomó la nota y en su reverso podía ver un mapa de poca amplitud que mostraba un gran área, y casi en el centro un pequeño punto negro de tinta más o menos fresca.
La veracidad de la nota era incierta, pero tanto la curiosidad del calvo como el posible incumplimiento de su deber lo persiguieron durante una hora hasta que decidió que era tiempo de partir. Tomó su mochila, marrón y cuadrada con sus provisiones ya listas, y salió de Amegakure a paso firme y rápido.
Por su parte, Shijima recibiría la misma nota, pero recitando "Kunoichi Senju Shijima", en exactamente las mismas extrañas condiciones.
Mientras se higienizaba, se vestía y desayunaba, su mente iba paso a paso atravesando el planeamiento del día. Ir de compras, entrenar, tal vez ir la costa a nadar un poco, y tal vez al final del día ir al edificio de la Arashikage a pedir una futura misión. Pero mientras calentaba el agua para el té, fue cuando miró por primera vez la puerta de su pequeño departamento en una de las tantas torres de la ciudad. Un papel yacía ahí, pegado.
«Pero qué mierda...»
Y es que lo extraño era justamente eso. El cuadrado blanco escrito estaba dentro, dejando sin lugar a duda la conclusión de que alguien había estado adentro.
Shinobi Habaki Karamaru, se requiere su presencia en las afueras de la ciudad fantasma para hacer un encargo extra-oficial en el cumplimiento de su deber.
Preséntese a la brevedad en el punto marcado en el mapa para recibir información detallada.
Preséntese a la brevedad en el punto marcado en el mapa para recibir información detallada.
¿Encargo extra-oficial? Nunca había escuchado algo así en su corta carrera, y tampoco de recibirlos de esa manera, con un intruso nocturno. Aún así tomó la nota y en su reverso podía ver un mapa de poca amplitud que mostraba un gran área, y casi en el centro un pequeño punto negro de tinta más o menos fresca.
La veracidad de la nota era incierta, pero tanto la curiosidad del calvo como el posible incumplimiento de su deber lo persiguieron durante una hora hasta que decidió que era tiempo de partir. Tomó su mochila, marrón y cuadrada con sus provisiones ya listas, y salió de Amegakure a paso firme y rápido.
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Por su parte, Shijima recibiría la misma nota, pero recitando "Kunoichi Senju Shijima", en exactamente las mismas extrañas condiciones.
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘