3/04/2018, 23:34
El Uchiha torció el gesto ante las palabras de Keisuke. No les faltaba verdad, pero tal y como él lo veía, era una simple cuestión de mundo; Uchiha contra no-Uchiha. No había más. Claro, su propio sensei se encargaría de darle la lección de humildad de su vida durante el Examen de ascenso a chuunin, poco después de aquel día, pero en ese momento el joven uzujin todavía era un genin aventajado con muchos pájaros en la cabeza.
Sin embargo, Akame sí que se permitió el lujo de replicar a las siguientes palabras de Keisuke.
—Bueno, puede que tu poderío físico no sea algo a destacar... Pero ese golpe fue duro. ¿Cómo lo hiciste? ¿Es algún tipo de Taijutsu secreto? —preguntó como quien no quiere la cosa—. ¿Y qué más habilidades tienes, entonces? Aparte de manejar el Suiton. No te habrán dado esa bandana por nada, ¿no? —agregó, jocoso, con una sonrisa torcida.
Akame realizó un par de estiramientos más y luego se paseó por el tatami para recoger sus shuriken. Los guardó religiosamente en su portaobjetos y, tras recortar la distancia que le separaba de su fiel mochila de viaje, abrió la misma para sacar una cantimplora llena de agua bien fría. Desenroscó el tapón, bebió un largo trago y luego la ofreció a su contrincante.
—Sí, todavía tengo que entrenar más —respondió después—. Estoy preparándome para un evento bastante notable que tendrá lugar dentro de poco en mi Aldea.
Sin embargo, Akame sí que se permitió el lujo de replicar a las siguientes palabras de Keisuke.
—Bueno, puede que tu poderío físico no sea algo a destacar... Pero ese golpe fue duro. ¿Cómo lo hiciste? ¿Es algún tipo de Taijutsu secreto? —preguntó como quien no quiere la cosa—. ¿Y qué más habilidades tienes, entonces? Aparte de manejar el Suiton. No te habrán dado esa bandana por nada, ¿no? —agregó, jocoso, con una sonrisa torcida.
Akame realizó un par de estiramientos más y luego se paseó por el tatami para recoger sus shuriken. Los guardó religiosamente en su portaobjetos y, tras recortar la distancia que le separaba de su fiel mochila de viaje, abrió la misma para sacar una cantimplora llena de agua bien fría. Desenroscó el tapón, bebió un largo trago y luego la ofreció a su contrincante.
—Sí, todavía tengo que entrenar más —respondió después—. Estoy preparándome para un evento bastante notable que tendrá lugar dentro de poco en mi Aldea.