5/04/2018, 13:15
Tras una larga caminata, finalmente, los shinobi llegaron a su objetivo.
Estaba en mitad del bosque. Era una cabaña hecha de pura madera. Las paredes eran troncos pegados, y la puerta, una construcción a partir de la propia madera, en forma rectangular. Parecía que fuese a ceder al contacto. Sobre la puerta, había la cabeza de un gran oso panda disecado.
« Parece que ya tiene experiencia. ¿Por qué nos necesita entonces? »
Juro no supo que pensar. Era su misión el cazar un animal, eso lo tenía claro. Fuera de cuestiones éticas. Un animal peligroso, de hecho, que había atacado un poblado. Era su deber. Pero aun así, sintió algo de pena al ver la cabeza del animal ahí colgando.
—Esto... parece que este es el sitio. Deberíamos ir a preguntar.
— Bien. Llamemos a la puerta, a ver si nuestro cliente esta en casa —dijo Juro, observando la extraña cabaña.
Tampoco pudo evitar fijarse en que los alrededores estaban completamente deforestados. Tampoco le dio una buena impresión aquello. Sentía algo de apego por la naturaleza.
Se dirigió a la puerta de la cabaña, y con los nudillos, llamó.
— ¡Buenos días! — exclamó, esperando que hubiese alguien de verdad —. Somos los shinobi encargados de la misión.
Juro esperó por una contestación. No tuvo miedo de decir quiénes eran. Después de todo, era esa la dirección. No había dudas: ahí vivía un cazador.
Estaba en mitad del bosque. Era una cabaña hecha de pura madera. Las paredes eran troncos pegados, y la puerta, una construcción a partir de la propia madera, en forma rectangular. Parecía que fuese a ceder al contacto. Sobre la puerta, había la cabeza de un gran oso panda disecado.
« Parece que ya tiene experiencia. ¿Por qué nos necesita entonces? »
Juro no supo que pensar. Era su misión el cazar un animal, eso lo tenía claro. Fuera de cuestiones éticas. Un animal peligroso, de hecho, que había atacado un poblado. Era su deber. Pero aun así, sintió algo de pena al ver la cabeza del animal ahí colgando.
—Esto... parece que este es el sitio. Deberíamos ir a preguntar.
— Bien. Llamemos a la puerta, a ver si nuestro cliente esta en casa —dijo Juro, observando la extraña cabaña.
Tampoco pudo evitar fijarse en que los alrededores estaban completamente deforestados. Tampoco le dio una buena impresión aquello. Sentía algo de apego por la naturaleza.
Se dirigió a la puerta de la cabaña, y con los nudillos, llamó.
— ¡Buenos días! — exclamó, esperando que hubiese alguien de verdad —. Somos los shinobi encargados de la misión.
Juro esperó por una contestación. No tuvo miedo de decir quiénes eran. Después de todo, era esa la dirección. No había dudas: ahí vivía un cazador.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60