5/04/2018, 18:59
La respuesta del amejin a sus palabras desinteresadas le arrancó a Akame una carcajada sonora y bien sincera.
—¡Que Izanami me lleve! Keisuke de Amegakure, el ninja caritativo —anunció entre risas, alzando los brazos, como si se tratara de un mensajero real—. Ojalá vivas muchos años, Keisuke-san. No quedan muchas personas como tú en este mundo.
Luego el Uchiha asintió al ser cuestionado sobre si conocía la ubicación de las Llanuras del Hielo, un vasto paraje glacial que, a juicio de Akame, poco o nada interesante albergaba. El genin de la Lluvia estaba a punto de demostrarle que se equivocaba de medio a medio.
La historia que siguió fue lo último que el Uchiha habría esperado escuchar, un épico relato con todos los ingredientes que se le suponían; guerras, tragedia, gloria y fama, misterios y valientes aventureros que se adentraban en lo desconocido. Durante todo el relato el genin de Uzu no dijo palabra alguna sino que se limitó a escuchar, con visible interés, lo que le contaba su colega. En su afán por su propia historia, Keisuke se saltaba algunas explicaciones o daba por sentados ciertos hechos que el Uchiha desconocía, pero nada dijo éste. «¿El Clan Sarutobi? ¿Los Seltkalt? ¿Qué demonios?» A cada palabra del amejin le seguía una nueva incógnita para Akame.
Cuando Keisuke terminó, el del Remolino se encorvó hacia atras mientras alzaba los brazos y un silbido de asombro escapaba de entre sus labios.
—Por los cuernos de Susano'o, ¡menuda historia! —alabó—. Hacía tiempo que no escuchaba una igual. ¿Y dices que el bueno de Kōtetsu estuvo contigo en toda esa locura? ¡Vaya, vaya! ¿Y cómo acabó todo? ¿Exterminasteis a todos los nativos?
—¡Que Izanami me lleve! Keisuke de Amegakure, el ninja caritativo —anunció entre risas, alzando los brazos, como si se tratara de un mensajero real—. Ojalá vivas muchos años, Keisuke-san. No quedan muchas personas como tú en este mundo.
Luego el Uchiha asintió al ser cuestionado sobre si conocía la ubicación de las Llanuras del Hielo, un vasto paraje glacial que, a juicio de Akame, poco o nada interesante albergaba. El genin de la Lluvia estaba a punto de demostrarle que se equivocaba de medio a medio.
La historia que siguió fue lo último que el Uchiha habría esperado escuchar, un épico relato con todos los ingredientes que se le suponían; guerras, tragedia, gloria y fama, misterios y valientes aventureros que se adentraban en lo desconocido. Durante todo el relato el genin de Uzu no dijo palabra alguna sino que se limitó a escuchar, con visible interés, lo que le contaba su colega. En su afán por su propia historia, Keisuke se saltaba algunas explicaciones o daba por sentados ciertos hechos que el Uchiha desconocía, pero nada dijo éste. «¿El Clan Sarutobi? ¿Los Seltkalt? ¿Qué demonios?» A cada palabra del amejin le seguía una nueva incógnita para Akame.
Cuando Keisuke terminó, el del Remolino se encorvó hacia atras mientras alzaba los brazos y un silbido de asombro escapaba de entre sus labios.
—Por los cuernos de Susano'o, ¡menuda historia! —alabó—. Hacía tiempo que no escuchaba una igual. ¿Y dices que el bueno de Kōtetsu estuvo contigo en toda esa locura? ¡Vaya, vaya! ¿Y cómo acabó todo? ¿Exterminasteis a todos los nativos?