6/04/2018, 16:35
El Uchiha se cruzó de brazos y soltó otro silbido de asombro.
—Vaya, suena jodido de cojones, ¿eh? —confesó el Uchiha—. Pero lo entiendo. Nosotros los Uchiha sabemos algo de linajes rotos y familias fracturadas. Aunque sea sólo por los relatos de nuestros antepasados.
La brisa matinal de Primavera se filtró por la entrada de la habitación, refrescando el ambiente y provocando un escalofrío en el sudado Akame. El uzujin dio un respingo y se apresuró a excusarse.
—Vaya, con esta historia tan interesante se me había olvidado que voy desabrigado. Creo que sería mejor que continuemos esta charla en un sitio más cómodo.
El Uchiha recogió su mochila, de la que sacó una chaqueta de manga larga y cuello alto que se calzó al momento. Luego le hizo una seña a Keisuke para que le siguiera.
Tras recorrer un par de pisos de la Torre de Meditación, los muchachos saldrían por fin al aire libre. Allí Akame buscaría un buen árbol bajo el que sentarse y se descolgaría el petate, apoyándose la espalda contra el tronco.
—Mucho mejor —dijo, mientras sacaba una cajetilla de tabaco blanca y roja que rezaba "Ninjarlboro". El Uchiha sacó un cigarro y ofreció otro a Keisuke—. Mi maestro no lo sabe, que quede entre tú y yo, ¿eh? —le dijo con una sonrisa maliciosa.
—Vaya, suena jodido de cojones, ¿eh? —confesó el Uchiha—. Pero lo entiendo. Nosotros los Uchiha sabemos algo de linajes rotos y familias fracturadas. Aunque sea sólo por los relatos de nuestros antepasados.
La brisa matinal de Primavera se filtró por la entrada de la habitación, refrescando el ambiente y provocando un escalofrío en el sudado Akame. El uzujin dio un respingo y se apresuró a excusarse.
—Vaya, con esta historia tan interesante se me había olvidado que voy desabrigado. Creo que sería mejor que continuemos esta charla en un sitio más cómodo.
El Uchiha recogió su mochila, de la que sacó una chaqueta de manga larga y cuello alto que se calzó al momento. Luego le hizo una seña a Keisuke para que le siguiera.
Tras recorrer un par de pisos de la Torre de Meditación, los muchachos saldrían por fin al aire libre. Allí Akame buscaría un buen árbol bajo el que sentarse y se descolgaría el petate, apoyándose la espalda contra el tronco.
—Mucho mejor —dijo, mientras sacaba una cajetilla de tabaco blanca y roja que rezaba "Ninjarlboro". El Uchiha sacó un cigarro y ofreció otro a Keisuke—. Mi maestro no lo sabe, que quede entre tú y yo, ¿eh? —le dijo con una sonrisa maliciosa.