8/04/2018, 00:22
El pelinegro no tardó en mencionar que en su aldea reinaba el astro solar y que las temperaturas no solían descender mucho, prácticamente contrario a mi aldea. —Yo es que ya estoy acostumbrado a que la lluvia me acompañe a todos lados, la humedad, el frío y demás.— Comenté. —Cuando visito otros países sufro cuando hace mucho calor, incluso estoy pensando en hacer un viaje a la villa de las aguas termales, escuché que hay unas termas maravillosas, es cuestión de tiempo para que vaya, imagino que tendré que soportar un poco las altas temperaturas...
Akame no tomó mal el hecho de que no supiera fumar, se dio su tiempo para encender su cigarro y luego dar una profunda calada. —Espero que no se vuelva un vicio.— No tenía nada en contra de nuevas experiencias, lo que realmente no quería es que se volviera un artículo de cual tuviera que depender posteriormente.
—Aquí lo tengo.— Enseñé el cigarro entre mis dedos, escuché y vi la demostración por parte del pelinegro. —Veamos sí entendí, ¿me das fuego?— Pregunté mientras ponía el cigarrillo entre mis labios y esperaba a que la pequeña esfera de fuego se manifestase, una vez la llama estuviera cerca la acerqué y aspiré profundamente, me separé del pitillo y aspiré un poco más, fue entonces cuando sentí como mis pulmones ardían, la tos fue incontrolable, tosí entre cuatro y cinco veces, incluso me sentí un poco mareado; cuando el ataque cesó llené mis pulmones de aire puro, mi rostro seguramente estaba un poco más rojo de lo habitual. —Creo que no lo hice bien.— Miré al ojinegro esperando su opinión.
Esperé un par de segundos y realicé un nuevo intento, esta vez no aspiré tanto, el humo no llegó a mis pulmones y boté una pequeña, casi diminuta, nube de humo. —¿Así?— Pregunté con duda.
Akame no tomó mal el hecho de que no supiera fumar, se dio su tiempo para encender su cigarro y luego dar una profunda calada. —Espero que no se vuelva un vicio.— No tenía nada en contra de nuevas experiencias, lo que realmente no quería es que se volviera un artículo de cual tuviera que depender posteriormente.
—Aquí lo tengo.— Enseñé el cigarro entre mis dedos, escuché y vi la demostración por parte del pelinegro. —Veamos sí entendí, ¿me das fuego?— Pregunté mientras ponía el cigarrillo entre mis labios y esperaba a que la pequeña esfera de fuego se manifestase, una vez la llama estuviera cerca la acerqué y aspiré profundamente, me separé del pitillo y aspiré un poco más, fue entonces cuando sentí como mis pulmones ardían, la tos fue incontrolable, tosí entre cuatro y cinco veces, incluso me sentí un poco mareado; cuando el ataque cesó llené mis pulmones de aire puro, mi rostro seguramente estaba un poco más rojo de lo habitual. —Creo que no lo hice bien.— Miré al ojinegro esperando su opinión.
Esperé un par de segundos y realicé un nuevo intento, esta vez no aspiré tanto, el humo no llegó a mis pulmones y boté una pequeña, casi diminuta, nube de humo. —¿Así?— Pregunté con duda.