8/04/2018, 15:53
Kenzou-sama se levantó y empezó a crujir sus nudillos, con la misma sonrisa. Juro empezó a verla cada vez más siniestra. Era como la sonrisa de un depredador, acechando a una víctima que ya no podía escaparse.
Juro se levantó y se preparó también, aunque no sabía si debía de hacer los mismos estiramientos o no.
—Hombre, ¿sabes lo que estaría muy bien, Juro-kun? Estaría bastante bien que no hiciéramos un destrozo muy grande al tatami. Bueno, todo lo que sea posible. Un poquito sí podemos. — dijo el líder de su aldea, después de guiñarle un ojo. Juro se preguntó si se estaba burlando de él o hablaba en serio.
— Entendido, Morikage-sama — asintió Juro, conforme. Tenía sentido. Aquel lugar era la azotea del edificio de su kage. Nadad de explosivos ni técnicas muy destructivas.
Pero el hombre no se detuvo ahí.
»Por otra parte, será mejor que yo me controle un poco. Si no, podría matarte.
Juro sintió un escalofrío. Tuvo la extraña sensación de que ahí, en ese lugar, bajo la noche y la luna, nadie sería testigo de este enfrentamiento. ¿Qué pasaría si no daba la talla? ¿Su Kage esperaba algo de él en realidad? El hecho de que pudiese ser una prueba le mandaba señales de peligro.
»Era broma. Sólo un poquito. — dijo, volviendo a repetir aquel gesto.
— C-Claro que lo sabía — comentó, aunque la sonrisa tímida que le había salido indicaba lo contrario —. Si no le importa, voy a utilizar una de mis marionetas para la batalla. No se preocupe por el tema, si se rompen, puedo arreglarlas.
Aprovechando que la batalla aún no había comenzado, si Juro no recibía ningun pero o queja de su adversario, cogería el pergamino que se encontraba en su cintura — el de la derecha, el de la izquierda seguía ahí — y lo estamparía contra el suelo. Realizó una cadena de sellos y provocó una pequeña polvareda de humo.
« Él se estira y yo deshago el sellado. Es justo » — pensó. Si era interrumpido en ese momento, probablemente le daría un infarto.
Justo al lado de Juro, había una marioneta de su mismo tamaño. Tenía forma humanoide, y el aspecto de una mujer. Su aspecto aún era de marioneta, pero estaba arreglada: sus ojos estaban pintados de verde, y tenía una mata de pelo negro liso, en forma de flequillo, que tapaba parcialmente su frente de madera. Vestía una túnica totalmente negra, que tapaba todo su cuerpo, a excepción de brazos y piernas, y un pequeño agujero en la espalda.
A través de ese agujero, se asomaba una cola metálica, de metro y medio de extensión.
Unos hilos azules unían las manos de Juro a la espalda de la marioneta, controlando todas sus funciones. Ahí estaba la segunda marioneta de Juro: Remu. En todo su esplendor. Esta no estaba a más de un metro de distancia de Juro, sirviendo, también, de escudo, entre el Kage y él.
Juro trataba de mantener una visión clara de su rival y de su marioneta. Era todo o nada.
« Esto va a estar jodido, Remu. Pero tenemos que intentar hacer algo » — pensó, observando a su rival.
— Yo ya estoy listo, Morikage-sama — dijo Juro —. ¿Empezamos?
Juro se levantó y se preparó también, aunque no sabía si debía de hacer los mismos estiramientos o no.
—Hombre, ¿sabes lo que estaría muy bien, Juro-kun? Estaría bastante bien que no hiciéramos un destrozo muy grande al tatami. Bueno, todo lo que sea posible. Un poquito sí podemos. — dijo el líder de su aldea, después de guiñarle un ojo. Juro se preguntó si se estaba burlando de él o hablaba en serio.
— Entendido, Morikage-sama — asintió Juro, conforme. Tenía sentido. Aquel lugar era la azotea del edificio de su kage. Nadad de explosivos ni técnicas muy destructivas.
Pero el hombre no se detuvo ahí.
»Por otra parte, será mejor que yo me controle un poco. Si no, podría matarte.
Juro sintió un escalofrío. Tuvo la extraña sensación de que ahí, en ese lugar, bajo la noche y la luna, nadie sería testigo de este enfrentamiento. ¿Qué pasaría si no daba la talla? ¿Su Kage esperaba algo de él en realidad? El hecho de que pudiese ser una prueba le mandaba señales de peligro.
»Era broma. Sólo un poquito. — dijo, volviendo a repetir aquel gesto.
— C-Claro que lo sabía — comentó, aunque la sonrisa tímida que le había salido indicaba lo contrario —. Si no le importa, voy a utilizar una de mis marionetas para la batalla. No se preocupe por el tema, si se rompen, puedo arreglarlas.
Aprovechando que la batalla aún no había comenzado, si Juro no recibía ningun pero o queja de su adversario, cogería el pergamino que se encontraba en su cintura — el de la derecha, el de la izquierda seguía ahí — y lo estamparía contra el suelo. Realizó una cadena de sellos y provocó una pequeña polvareda de humo.
« Él se estira y yo deshago el sellado. Es justo » — pensó. Si era interrumpido en ese momento, probablemente le daría un infarto.
Justo al lado de Juro, había una marioneta de su mismo tamaño. Tenía forma humanoide, y el aspecto de una mujer. Su aspecto aún era de marioneta, pero estaba arreglada: sus ojos estaban pintados de verde, y tenía una mata de pelo negro liso, en forma de flequillo, que tapaba parcialmente su frente de madera. Vestía una túnica totalmente negra, que tapaba todo su cuerpo, a excepción de brazos y piernas, y un pequeño agujero en la espalda.
A través de ese agujero, se asomaba una cola metálica, de metro y medio de extensión.
Unos hilos azules unían las manos de Juro a la espalda de la marioneta, controlando todas sus funciones. Ahí estaba la segunda marioneta de Juro: Remu. En todo su esplendor. Esta no estaba a más de un metro de distancia de Juro, sirviendo, también, de escudo, entre el Kage y él.
Juro trataba de mantener una visión clara de su rival y de su marioneta. Era todo o nada.
« Esto va a estar jodido, Remu. Pero tenemos que intentar hacer algo » — pensó, observando a su rival.
— Yo ya estoy listo, Morikage-sama — dijo Juro —. ¿Empezamos?
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
...
Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60