8/04/2018, 22:14
—Ciertamente tú fuiste el ganador, el ganador tuvo que pelear varias rondas y es lógico que conozcas a la mayoría, sí.— Repasé las palabras del pelinegro. —Yo ni siquiera conozco del todo a todo los participantes que fueron de mi villa.— Admití con sinceridad.
—Muy correcto de su parte, ¿no?— Pregunté, aparentemente Akame tenía una muy buena imagen del médico, una imagen contraria a la que yo tenía ahora, después de los últimos acontecimientos... —A veces por cumplir las leyes y las reglas al pie de la letra dejamos aun lado nuestra humanidad, no debemos hacer eso Akame, porque tenemos que recordar que nosotros también somos humanos, y primeramente fuimos humanos y luego ninjas, primero fuimos parte de la comunidad y no porque ahora tengamos una mejor posición debemos aprovecharnos de ello.— Comenté repentinamente. —Después de todo, somos seres pensantes y tenemos cierta moral, incluso nosotros los ninjas consideramos a nuestros similares como familia, compartimos mucho tiempo de nuestra vida con estas personas y entonces deberíamos protegernos entre nosotros mismos, aunque esto implique romper una o dos reglas, ¿qué piensas?— La conversación se había tornado un poco polémica por mi parte, un debate interno entre el deber ser y lo que podría ser realmente.
"¿Nunca has pensado que las leyes están mal?" Realicé una pregunta que él nunca llegaría a escuchar.
Nuevamente el ojinegro preguntó por el nombre de uno de mis colegas, pero a diferencia de Umikiba, de esta persona sí que sabía, tenía noticias recientes. Fue inevitable que el semblante de mi cara cambiase ahora un poco, cierto aire de nostalgia lo invadió y sí en mis ojos alguna vez existió un poco de fulgor, ahora estaba ausente. —Ai..ko— Pronuncié lentamente, con un poco de titubeo, aproveche la pausa para tragar y entonces miré el suelo. —No sabré de ella por un tiempo, iba a realizar un viaje y no sé sí vuelva a verla.— Dije con la voz un poco más recuperada y levantando la vista. —Y con respecto a su inmortalidad, sí, es cierto, y no deberías dudar de ello, el espectáculo que dio en el torneo hizo correr los rumores por todo Ōnindo, no me extrañaría que tratasen de buscarla para experimentar con ella, o algo similar.—
Me senté nuevamente en donde estaba, sentía un sabor amargo por lo acontecido por la pelirroja. —Creo que intentaré nuevamente, sí me permites.— Comenté mientras alzaba mi diestra esperando a que el pelinegro me regalase otro cigarro.
—Muy correcto de su parte, ¿no?— Pregunté, aparentemente Akame tenía una muy buena imagen del médico, una imagen contraria a la que yo tenía ahora, después de los últimos acontecimientos... —A veces por cumplir las leyes y las reglas al pie de la letra dejamos aun lado nuestra humanidad, no debemos hacer eso Akame, porque tenemos que recordar que nosotros también somos humanos, y primeramente fuimos humanos y luego ninjas, primero fuimos parte de la comunidad y no porque ahora tengamos una mejor posición debemos aprovecharnos de ello.— Comenté repentinamente. —Después de todo, somos seres pensantes y tenemos cierta moral, incluso nosotros los ninjas consideramos a nuestros similares como familia, compartimos mucho tiempo de nuestra vida con estas personas y entonces deberíamos protegernos entre nosotros mismos, aunque esto implique romper una o dos reglas, ¿qué piensas?— La conversación se había tornado un poco polémica por mi parte, un debate interno entre el deber ser y lo que podría ser realmente.
"¿Nunca has pensado que las leyes están mal?" Realicé una pregunta que él nunca llegaría a escuchar.
Nuevamente el ojinegro preguntó por el nombre de uno de mis colegas, pero a diferencia de Umikiba, de esta persona sí que sabía, tenía noticias recientes. Fue inevitable que el semblante de mi cara cambiase ahora un poco, cierto aire de nostalgia lo invadió y sí en mis ojos alguna vez existió un poco de fulgor, ahora estaba ausente. —Ai..ko— Pronuncié lentamente, con un poco de titubeo, aproveche la pausa para tragar y entonces miré el suelo. —No sabré de ella por un tiempo, iba a realizar un viaje y no sé sí vuelva a verla.— Dije con la voz un poco más recuperada y levantando la vista. —Y con respecto a su inmortalidad, sí, es cierto, y no deberías dudar de ello, el espectáculo que dio en el torneo hizo correr los rumores por todo Ōnindo, no me extrañaría que tratasen de buscarla para experimentar con ella, o algo similar.—
Me senté nuevamente en donde estaba, sentía un sabor amargo por lo acontecido por la pelirroja. —Creo que intentaré nuevamente, sí me permites.— Comenté mientras alzaba mi diestra esperando a que el pelinegro me regalase otro cigarro.