12/04/2018, 20:01
—Te sigo entonces—. Asintió con la cabeza mientras seguía al par Inuzuka.
Al llegar los tres al pueblo, las cosas no habían mejorado en lo absoluto. Los esfuerzos por sofocar las llamas en las casas no daban resultado, mientras los pastizales y cultivos sólo dejaban lugar a cenizas carbonizadas. Mujeres, niños y ancianos escapaban hasta el río, mientras la desolación seguía extendiéndose a lo ancho y largo del paisaje. "Aunque rescatemos a la gente, no podremos hacer mucho más..." Sin embargo, el Senju trató de reprimir esos pensamientos pesimistas para seguir adelante.
—¡Oigan!— Trató de llamar la atención de algunos de los pobladores que estaban acarreando agua. —Salgan de aquí, el incendio es demasiado grande— quiso persuadirlos para que se marchasen.
—¿Shinobis?— dijo un hombre al voltear a ver a los genin. —No podemos hacer eso, hay personas que quedaron atrapadas al otro lado de la villa. ¡Debemos apagar el fuego para abrir un camino y rescatarlos!— contestó mientras jadeaba por el calor y el esfuerzo.
—Etsu, esta gente apenas puede pararse, si no cooperan con nosotros tendremos que sacarlos por la fuerza— se volteó para ver al de Kusa, aunque le costase distinguirlo del perro. "Si tan sólo hubiera aprendido a sellar el fuego... Arg, es que seré inútil." Se lamentó para sus adentros. —Tal vez no necesitemos cruzar las llamas, debemos buscar un rodeo para llegar hasta el lugar dónde están aquellos que se encuentran aislados. Debe ser con presteza, pues con este humo es muy fácil que alguien muera asfixiado— Mientras hablaba, el Isa inspeccionaba con su mirada el panorama, aunque poco o nada podía alcanzar a divisar.
—¡Déjenme acompañarlos!— interrumpió nuevamente aquel hombre. —Este es nuestro hogar, no podemos marcharnos así cómo así—. aún con la respiración agitada y las lágrimas en los ojos, la voluntad del hombre no parecía quebrarse.
Al llegar los tres al pueblo, las cosas no habían mejorado en lo absoluto. Los esfuerzos por sofocar las llamas en las casas no daban resultado, mientras los pastizales y cultivos sólo dejaban lugar a cenizas carbonizadas. Mujeres, niños y ancianos escapaban hasta el río, mientras la desolación seguía extendiéndose a lo ancho y largo del paisaje. "Aunque rescatemos a la gente, no podremos hacer mucho más..." Sin embargo, el Senju trató de reprimir esos pensamientos pesimistas para seguir adelante.
—¡Oigan!— Trató de llamar la atención de algunos de los pobladores que estaban acarreando agua. —Salgan de aquí, el incendio es demasiado grande— quiso persuadirlos para que se marchasen.
—¿Shinobis?— dijo un hombre al voltear a ver a los genin. —No podemos hacer eso, hay personas que quedaron atrapadas al otro lado de la villa. ¡Debemos apagar el fuego para abrir un camino y rescatarlos!— contestó mientras jadeaba por el calor y el esfuerzo.
—Etsu, esta gente apenas puede pararse, si no cooperan con nosotros tendremos que sacarlos por la fuerza— se volteó para ver al de Kusa, aunque le costase distinguirlo del perro. "Si tan sólo hubiera aprendido a sellar el fuego... Arg, es que seré inútil." Se lamentó para sus adentros. —Tal vez no necesitemos cruzar las llamas, debemos buscar un rodeo para llegar hasta el lugar dónde están aquellos que se encuentran aislados. Debe ser con presteza, pues con este humo es muy fácil que alguien muera asfixiado— Mientras hablaba, el Isa inspeccionaba con su mirada el panorama, aunque poco o nada podía alcanzar a divisar.
—¡Déjenme acompañarlos!— interrumpió nuevamente aquel hombre. —Este es nuestro hogar, no podemos marcharnos así cómo así—. aún con la respiración agitada y las lágrimas en los ojos, la voluntad del hombre no parecía quebrarse.