12/04/2018, 22:19
La cola fue directo a su objetivo, como el aguijón de un escorpión directo a su presa. Y en este caso, la "presa" se mantuvo quieta. No tenía intenciones de esquivar el golpe, ni de apartarse a un lado.
« ¿Qué esta haciendo? »
En lo que a Juro le pareció una fracción de segundo, El Morikage movió su brazo, agarró la cola, apretó el puño, hiriéndose en el proceso...
« Si esa cola estuviese envenenada... » — pensó, con cierta rabia. Normalmente, él envenenaba todo el arsenal de su marioneta. ¡Pero no había tenido tiempo de hacerlo! ¡Que idiota se sintió.
... y de un fuerte tirón, le arrebató a su más fuerte construcción, heredada de su difunta madre. Arrancó prácticamente los hilos de un despistado Juro, que perdió el control al instante. Y el brazo del Morikage se iluminó con un intenso verde esmeralda. Lo siguiente que vio fue a su marioneta, totalmente destrozada, caer sobre él y golpearle fuertemente.
Juro rodó por el suelo, confundido y dolorido. Todo le daba vueltas. Había hecho la ofensiva más segura que se le había ocurrido, y aun así, no se había librado del golpe.
—Que conste que me diste permiso para hacerlo. — dijo la voz de su Kage. Eso le espabiló. Tenía que hacer algo o el combate terminaría con él así.
— L-Lo sé — murmuró, aunque fue casi como un susurro. Entonces, Juro se levantó —. La recogeré luego.
Sin embargo, no solo su físico estaba dañado. Juro tembló, ante la magnitud del poder de aquel hombre. Había destruido de un solo golpe a su marioneta más fuerte, le había herido, y ni si quiera se había despeinado para hacerlo. Ni había esquivado su golpe. No lo había tomado en cuenta. No lo había considerado lo suficientemente fuerte como para ser merecedor de que lo esquivase.
Retrocedió un paso, abrumado por el poder de su oponente.
« Era taijutsu. Alguna clase de taijutsu muy poderoso. Si me alcanza a dar con eso...»
Si le daba con eso...
« Sacar a Gen sería como sacarlo a morir. Ya no queda otra. Me la juego a una carta. »
Juro juntó sus manos y realizó una rápida cadena de tres sellos. Entonces, su pecho se hinchó y de su boca empezaron a salir una serie de pequeñas balas hechos de puro viento. Juro disparó una directamente hacia el pecho del Morikage; otra dos a cada uno de sus costados; una a su pierna, y otras seis, tres por su flanco izquierdo y tres por su flanco derecho a diferentes alturas de su cuerpo — pecho, cabeza y pierna —, en una posición cercana a él, por si trataba de desplazarse para un lado u otro. Y una último, seguido del resto, apuntando a su pecho otra vez.
« Alguna tiene que darle. Alguna tiene que darle »
En total, disparó un total de diez balas en un rango de tres metros de ancho, que avanzaron, dispuestas a vengar a la marioneta caída.
Juro jadeó. Empezaba a notar el peso por sus excesos de chakra.
« ¿Qué esta haciendo? »
En lo que a Juro le pareció una fracción de segundo, El Morikage movió su brazo, agarró la cola, apretó el puño, hiriéndose en el proceso...
« Si esa cola estuviese envenenada... » — pensó, con cierta rabia. Normalmente, él envenenaba todo el arsenal de su marioneta. ¡Pero no había tenido tiempo de hacerlo! ¡Que idiota se sintió.
... y de un fuerte tirón, le arrebató a su más fuerte construcción, heredada de su difunta madre. Arrancó prácticamente los hilos de un despistado Juro, que perdió el control al instante. Y el brazo del Morikage se iluminó con un intenso verde esmeralda. Lo siguiente que vio fue a su marioneta, totalmente destrozada, caer sobre él y golpearle fuertemente.
Juro rodó por el suelo, confundido y dolorido. Todo le daba vueltas. Había hecho la ofensiva más segura que se le había ocurrido, y aun así, no se había librado del golpe.
—Que conste que me diste permiso para hacerlo. — dijo la voz de su Kage. Eso le espabiló. Tenía que hacer algo o el combate terminaría con él así.
— L-Lo sé — murmuró, aunque fue casi como un susurro. Entonces, Juro se levantó —. La recogeré luego.
Sin embargo, no solo su físico estaba dañado. Juro tembló, ante la magnitud del poder de aquel hombre. Había destruido de un solo golpe a su marioneta más fuerte, le había herido, y ni si quiera se había despeinado para hacerlo. Ni había esquivado su golpe. No lo había tomado en cuenta. No lo había considerado lo suficientemente fuerte como para ser merecedor de que lo esquivase.
Retrocedió un paso, abrumado por el poder de su oponente.
« Era taijutsu. Alguna clase de taijutsu muy poderoso. Si me alcanza a dar con eso...»
Si le daba con eso...
« Sacar a Gen sería como sacarlo a morir. Ya no queda otra. Me la juego a una carta. »
Juro juntó sus manos y realizó una rápida cadena de tres sellos. Entonces, su pecho se hinchó y de su boca empezaron a salir una serie de pequeñas balas hechos de puro viento. Juro disparó una directamente hacia el pecho del Morikage; otra dos a cada uno de sus costados; una a su pierna, y otras seis, tres por su flanco izquierdo y tres por su flanco derecho a diferentes alturas de su cuerpo — pecho, cabeza y pierna —, en una posición cercana a él, por si trataba de desplazarse para un lado u otro. Y una último, seguido del resto, apuntando a su pecho otra vez.
« Alguna tiene que darle. Alguna tiene que darle »
En total, disparó un total de diez balas en un rango de tres metros de ancho, que avanzaron, dispuestas a vengar a la marioneta caída.
Juro jadeó. Empezaba a notar el peso por sus excesos de chakra.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60