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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#2
[Imagen: A4MRtDu.png]
Según la información otorgada a la población general, y la que he podido leer y estudiar, el comienzo de nuestro hogar data de los tiempos de Rikudo Sennin. Desconozco cual fue su formación exacta, la agrupación de personas que comenzó a levantar las paredes del lugar ni el momento exacto en qué lo hicieron. Pero si sé, que por aquel entonces la gente viajaba desde cada punta del continente para refugiarse en el templo y ser dirigidos por el buen camino. Con las enseñanzas del gran Rikudo a sus espaldas, y con la revolución que eso impuso en el mundo, el templo consiguió reputación rápidamente tanto para bien como para mal. A los oídos de la gente llegaba la información de un lugar casi oculto entre la naturaleza donde personas de todos lados y culturas se reunían para practicar el arte del control del chakra.
Se podrá decir en realidad que, en sus albores, era un punto de encuentro donde varios discípulos de Rikudo pudieron seguir transmitiendo sus enseñanzas y que aún no podía considerarse un templo con devoción a los dioses. Por entonces no conocían su presencia en nuestro mundo, y a pesar de saber que el refugio comenzó a poblarse en ese momento, es desconocido para la gran población actual cómo fue la formación del grupo y su asentamiento allí en el caso de que existiese con anterioridad.
Los años transcurrieron y la cantidad de gente que allí entrenaba y residía fue aumentando de manera regular convirtiendo ese tiempo en una historia irrelevante para la intención de mi relato. Sin embargo, en un momento indeterminado un simple y humilde hombre, mas vestido de ropas elegantes y de alta calidad, hizo acto de presencia. Exactamente ese momento es el gran punto de inflexión de nuestra historia.

Al contrario de la mayoría todos los hombres y mujeres que llegaban sin conocimiento del arte del control del chakra, ese hombre de nombre también desconocido, era realmente poderoso. Las dudas del por qué unas personas podían transformar el chakra en un elemento y otros en otro eran demasiadas, y el por qué algunos podían llegar a controlar incluso dos o tres a la vez aún más. Pero aquel hombre, como dije, no solo era poderoso, más poderoso que los más grandes maestros que residían en los tiempo que corrían, sino que también demostró la capacidad de manejar las cinco naturalezas que hoy conocemos. Rápidamente se convirtió en un hombre de gran jerarquía y gracias a el misterio y misticismo que lo rodeaba comenzó a hacerse escuchar. Era un hombre que había logrado contacto directo con los dioses, que había vivido con ellos y que fueron sus maestros en el camino del chakra y la sabiduría.
El nombre de Emisario de la Naturaleza fue el que se le otorgó, pero también se lo conoce simplemente como Emisario u Hombre de los Dioses.

Las nuevas enseñanzas entregadas por este emisario, considerado por muchos estar un paso atrás del mismísimo Rikudo, se mantuvieron de manera bastante reservada sin fomentarlas en gran medida. Los pocos que llegaban a conocer sobre el hombre y se animaban a intentar conocerlo y entregarse como pupilos, lo hicieron en la búsqueda de convertirse personas con la misma capacidad que él, controlar las cinco naturalezas del chakra. Pero el tiempo le dio la razón al consejo del sabio, y no todos ellos pudieron obtener el objetivo deseado. Esos pocos años se conocen como la Fuga de Incapaces y fue un tiempo de tristeza y pena para el ya considerado templo por el abandono de muchos conocidos y queridos de los habitantes. Pero al Emisario de la Naturaleza no le importaban esos abandonos, mas estaba contento por encontrar cuatro discípulos directos, aprendices a los que dedicó la mayor parte del tiempo en sus últimos años.

Cuatro pequeños hombres recién salidos de la adolescencia traídos de la nada misma a ser las personas más cercanas de la persona más importante de todo el templo. El recelo se agrandó con gran velocidad y a pesar de recibir malas miradas donde quiera que fuesen, el respeto no faltaba. Las palabras del Emisario de la Naturaleza eran claras: Este acto de presencia, de estos poderosos y sabios hombres son un regalo de los dioses. Me atrevo a decir, con gran seguridad, que una parte de cada una de las grandes bestias vive en ellos. Ellos son la encarnación de las deidades, ellos son el futuro.

Habaki, Sao, Fushima y Tenshi. Los cuatro apellidos de los cuatro hombres descendientes de los dioses y la generación siguiente al todo poderoso Emisario, venerados por unos odiados por otros. Entre esos otros, tras años de entrenamiento, estaba su maestro. Dicen que el poder lo cegó, que alcanzó la divinidad y su mente no la soporto, dicen muchas cosas pero lo único cierto es que tras una semana de actuar de manera extraña decidió actuar.

"El Sol caía en el horizonte dejando a la vista un hermoso cielo anaranjado cubierto por unas pocas y esparcidas nubes que se quedaban para recibir la noche. Los centros de entrenamiento estaban repletos, los puntos sagrados donde los fieles se dirigían a hablar con los dioses emanan vida humana. Los cuatro "hermanos" recorrían juntos la plaza central del templo viendo a todas las personas que en algun momento los llamarian maestros y que dependerían de sus nobles enseñanzas. Todas esas personas, y las que estaban por venir, a las que le marcarían el camino de la sabiduría de la misma manera en la que el emisario hizo con ellos, y los dioses con el emisario.

Tiempo antes del anochecer, el anciano se mostró tras salir del edificio central y una erupción de fuego inundó los ojos de los presentes. Los cuatro jóvenes contemplaron a un ser que no conocían, si en apariencia, pero esa mirada... nunca nadie podría haber visto algo así. Pocos segundos pasaron y los gritos, la gente corriendo, y la gente cayendo manchando el suelo de sangre llenaron el paisaje del interior del templo. Los cuatro hermanos elementales, así llamados por entonces por su habilidad manejar cada uno un elemento, se encontraron ante la desazón ante una situación en la que no sabía cómo reaccionar.

Era su maestro, su preciado maestro divino creador de todo ese templo como lo conocían, pero su cabeza no era la misma desde hacía tiempo y debían anteponerse al trauma que las muertes les generaban. Lo confrontaron, y aquella noche, un ser divino falleció a manos de sus hijos."


Dicen que se desvaneció, que en las manos de su "hijo" Sao comenzó a evaporarse hasta convertirse en una pequeña llama que se apagó con el viento nocturno. Dicen que se convirtió en una parte de Kasai, que después de todo esa era la prueba de su lado divino y lo que había hecho antes, la prueba de que no se debía dejar llevar por la codicia y avaricia e intentar alcanzar objetivos sagrados sin el debido consentimiento.

Esa muerte fue la que los convirtió en maestros y cada uno formó su propia escuela. Grupos comandados por uno de los "Cuatro Maestros Elementales" que manejaban su elemento, que seguían sus enseñanzas y que, a pesar de estar divididos, se ayudaban y delegaban las tareas para poder mantener aquel recinto auto-sustentable. La cantidad de gente era minúscula, más fácil de volver a construir, pero más difícil de poder mantenerse.

Los años pasaron en paz tras la reconstrucción del templo y la creación de cinco Villas Ocultas por parte de Rikudo. Pero la guerra que a tantos hombres y mujeres llevó al templo volvía a suceder, pero esta vez, la acción de aquellas criaturas bestiales conocidas como bijuus amenazaron con su inmenso poder al templo. Solo los dioses podrían derribarlas y por eso mismo, por la muerte que los habitantes no querían volver a ver jamás el templo se escondió.

Se me permite decir que está en algún lugar cerca de Amegakure bajo potentes genjutsus y trampas desconocidas para todos los que alcanzan el título de "Maestro". Solo un verdadero habitante, sin compañia, puede atravesar esa protección e ingresar a su hogar.

Fue durante esos tiempos que los primeros niños con el control sobre el fuego, igual que el emisario, nacieron. Se los consideraban especiales y eran entrenados de manera especial por los más ancianos, sabios y poderosos de cada clan. Porque por aquel entonces, las familias ya estaban bien divididas y los apellidos bien marcados. Las alas del templo están habitadas una por cada familia, cada una con tareas, educación y formación distinta pero con un denominador común: el Emisario de la Naturaleza.

La ascensión de la Arashikage Yui formó un nuevo pacto, y los que nacieran con ese mismo poder del control del fuego, los más poderosos y con mejor enseñanza de entre todos, le serían otorgados a la mujer de mayor rango en Amegakure para que les sirviese en agradecimiento por la paz. Para ayudar a sus habitantes y transmitir la calma armonía que existe dentro de las aisladas paredes.

Yo soy uno de esos tantos que sirvieron y aún sirven las órdenes de Yui-sama y que forman parte de esta historia.
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"  
-Maestro Yoda.


HabloPienso
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