15/04/2018, 19:23
(Última modificación: 15/04/2018, 19:23 por Uzumaki Eri.)
Había decidido que, tras su breve parada para comprar el libro que tantas ganas tenía de leer; pasaría a visitar por primera vez el Lago de Shiona, aquel lugar dedicado a una de las mejores Uzukage que había tenido su villa y que todavía no había sido capaz de ir a ver y a rendir homenaje a aquella gran persona caída en combate.
Un par de días fue lo que duró el viaje, y una vez allí no pudo evitar soltar un suspiro cargado de nostalgia. Nunca había visitado el lugar donde mucho años antes había estado edificada una gran villa como lo era Konohagakure.
Aunque parecía no estar sola allí, pues a la lejanía podía ver a otra persona visitando aquel lugar, justamente tomando el mismo camino que ella. Entornando los ojos pudo apreciar un cabello que le resultaba demasiado familiar...
«¿Nande-kun?»
Conocía a aquel chico de su villa, prácticamente un niño a sus escasos siete años de edad pero que aún así había sido sobresaliente en la academia y que pronto se supo de su tan alta inteligencia para un infante. La chica nunca había hablado con él, pero como bien decía: siempre hay una primera vez para todo.
Acercándose a paso ligero, se colocó cerca del shinobi, saludándole con una mano de forma ligera.
—¡Buenos días, Nande-kun! —no podía evitar llamarle así, al ser un niño su instinto maternal se encendía —. ¿Qué haces aquí? ¿Has venido solo? —preguntó, con una amable sonrisa.