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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#14
—¡Estás ante nada más y nada menos que una de las Siete Espadas Legendarias de la antigua Kirigakure, muchacho! —anunció, con tono pomposo—. La Kubikiribōchō.

Juro hizo un silbido de admiración. Había imaginado que era un arma poderosa, pero... ¡Una de las espadas legendarias! ¡Tenía sobre su cabeza una de las espadas legendarias!

« Puedo sentir años de historia y sangre apuntando sobre mi cuello » — pensó, alucinado. Puesto que estaba relacionado con las armas, sentía una sana admiración hacia ellas, aunque las espadas no le atrajesen mucho.

El buen rollo, sin embargo, se marchó, junto con la sonrisa de su Kage. Entonces recordó dónde estaba, y el buen sabor de las felicitaciones se le fue.

—Espera. Antes tenemos que hablar de cierto... asunto

Juro se quedó congelado. Más aún, es decir. La razón por la que le habían llamado. Por supuesto que no había sido un simple combate y una palmadita en la espalda.

« Tengo una puta espada legendaria apuntando a mi cabeza. ¡Esto no es una reunión, esto es una encerrona! »— exclamó para sí mismo, internamente.

— ¿Qué ocurre, Morikage-sama?

Muchacho, quiero confiarte una gran responsabilidad. Uno de los roles más importantes de la aldea.

El tiempo se congeló para él. Cada segundo. Cada fracción de segundo. Juro pudo ver el movimientos de los labios del Kage, aún desde el suelo.

Sentía dolorosamente el latido de su pecho. Estaba disparado. Era la excitación del momento.

¿Qué querría? ¿Por qué todo aquello?

Podía sentir los segundos pasar, mientras Kenzou-sama hablaba. Un segundo.

« No estoy preparado. Sea lo que sea, no estoy preparado »

Otro segundo.

« ¿Qué será?»

Cada segundo era un suplicio.

« ¡Qué lo diga ya! »

Y entonces, el mundo en el que estaba se hizo pedazos. Ladrillo a ladrillo. Tras esas palabras, Juro ya no podría ver de la misma forma la gran luna llena que había en el cielo. Ni al hombre que tenía delante.

Quizá, ya no podría volver a la vida que tenía antes.

»¿Harías el favor de convertirte en el Guardián del bijuu de Kusagakure?

El silencio fue la contestación, durante unos segundos. Mientra Juro trataba de asimilar lo que acababan de decirle. Al final, no pudo más. No pudo pensar bien.

« ¿Ha dicho...bijuu? » — Por supuesto que sabía lo que era un bijuu. Las bestias antiguas de gran poder, que tiempo atrás, masacraron las aldeas. Que fueron selladas. Que ese sello no había sido tan fuerte como creían, porque había habido casos de escape.

Pero hasta donde sabía, Kusagakure no tenía nada que ver con ellos. Que inocente pensamiento.

— ¿Un bijuu? — Juro se atragantó con la palabra. En la cara, se le formó una debil sonrisa, como un acto reflejo. Como si le acabaran de contar una broma. Luego, esa sonrisa murió, cuando poco a poco comprendía lo que decían —. ¿Aquí? ¿En Kusagakure? ¿Cuándo? ¿Dónde?

Las preguntas se le apelotonaban en la cabeza. Pero no era capaz de responderlas. Iba de paso en paso. Después de interpretar "Bijuu", interpretó la palabra "Guardián".

—¿G-Guardian? ¿Y-yo? N-no lo entiendo... — Empezó a imaginar cosas. Cosas terribles. Un monstruo sin forma, amenazando con devorar a toda la aldea. ¿Y el iba a ser lo que le impidiese hacerlo? —. Morikage-sama, no lo entiendo. No quiero desobedecer su orden, pero... ¿Por qué yo? Estoy seguro de que tiene buenos ninja a su cargo. Ya sabe. Jounin entrenados. Ninjas experimentados.

Juro temblaba. Un enorme peso caía sobre sus hombros.

Y no era el de la espada.
Hablo / Pienso

Avatar hecho por la increible Eri-sama.

...

Sellos implantados: Hermandad intrepida
  • Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60
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RE: El titiritero, la luna y el escarabajo - por Eikyuu Juro - 15/04/2018, 19:34


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