16/04/2018, 23:55
(Última modificación: 16/04/2018, 23:58 por Eikyuu Juro.)
El Morikage suspiró ante las respuestas de Juro. Juro sintió como el pecho le ardía. ¿Le había decepcionado? ¿Esperaba otra cosa? ¿Sus dudas estaban mostrando que no era fiel a su aldea?
«Esto es una locura... Solo un loco no dudaría... » — pensó. Pero... ¿Era cierto? La cabeza le dolía. Ya ni si quiera podía pensar racionalmente.
—Estoy seguro de que es algo difícil de asimilar, pero tu vida tampoco cambiará tanto. Vivirás como un ninja de Kusagakure y te encargarás de servir de jaula para ese monstruo. Será tu misión, y te entrenarás para que sea todo un éxito todos los días de tu vida. Lo que haces ya. Pero con una gran responsabilidad. Más... que la mía.
Juro aspiró y dejó escapar el aire, con fuerza.
« ¿Una jaula? ¿Eso voy a ser a partir de ahora?» — No se le escapó el tono con el que hablaba. Lo que había sido camuflado como una sutil petición indirecta, ahora era claramente una imposición. Juro lo será, aunque él no quiera.
Y ahí, se sintió pequeño. Muy pequeño. Era solo un genin atrapado en aquel juego de guerra y poder político. Y con su poder, no podía decir nada. Por mucho que se negase, su Kage estaba ahí delante. Esa era la razón por la que le había citado ahí, solo, durante la noche. La pelea solo había sido una farsa.
« Quizá... quizá solo quiso probarme » — Pero algo en él lo dudó. Después de todo, la decisión parecía haber estado tomada desde el momento en que le había llamado. ¿Reafirmarse, quizá?
El hombre continuó hablando, aunque omitió muchas de las dudas de Juro. No le contestó nada acerca del Bijuu al que se supone que tendría que custodiar
—En cuanto a por qué tú...Es porque no puede ser nadie más. Tú eres la apuesta segura. Tiene que ser alguien joven, por necesidad, a más joven mejor. Y de los jóvenes ninjas de esta aldea, tú eres el mejor de todos, Juro-kun.
Los halagos ya no le hicieron tanta gracia. No en ese momento.
— Ya veo — dijo, con un tono carente de la felicidad que antes había tenido, cuando le habían alabado. Aunque tampoco supo si creerlo. Por un lado, explicaba el por qué le había tocado a él. Aunque nunca se había considerado el mejor de nada —. Pero... ¿De verdad es seguro? ¿Esa cosa... no intentará escapar de mi? ¿No podrá hacerme nada?
No es que se lo estuviese pensando, ni mucho menos. No estaba comprando frutas en la verdulería o una nueva espada ninja. Ya que no había más opción, quería saber a qué se estaba enfrentando.
«Esto es una locura... Solo un loco no dudaría... » — pensó. Pero... ¿Era cierto? La cabeza le dolía. Ya ni si quiera podía pensar racionalmente.
—Estoy seguro de que es algo difícil de asimilar, pero tu vida tampoco cambiará tanto. Vivirás como un ninja de Kusagakure y te encargarás de servir de jaula para ese monstruo. Será tu misión, y te entrenarás para que sea todo un éxito todos los días de tu vida. Lo que haces ya. Pero con una gran responsabilidad. Más... que la mía.
Juro aspiró y dejó escapar el aire, con fuerza.
« ¿Una jaula? ¿Eso voy a ser a partir de ahora?» — No se le escapó el tono con el que hablaba. Lo que había sido camuflado como una sutil petición indirecta, ahora era claramente una imposición. Juro lo será, aunque él no quiera.
Y ahí, se sintió pequeño. Muy pequeño. Era solo un genin atrapado en aquel juego de guerra y poder político. Y con su poder, no podía decir nada. Por mucho que se negase, su Kage estaba ahí delante. Esa era la razón por la que le había citado ahí, solo, durante la noche. La pelea solo había sido una farsa.
« Quizá... quizá solo quiso probarme » — Pero algo en él lo dudó. Después de todo, la decisión parecía haber estado tomada desde el momento en que le había llamado. ¿Reafirmarse, quizá?
El hombre continuó hablando, aunque omitió muchas de las dudas de Juro. No le contestó nada acerca del Bijuu al que se supone que tendría que custodiar
—En cuanto a por qué tú...Es porque no puede ser nadie más. Tú eres la apuesta segura. Tiene que ser alguien joven, por necesidad, a más joven mejor. Y de los jóvenes ninjas de esta aldea, tú eres el mejor de todos, Juro-kun.
Los halagos ya no le hicieron tanta gracia. No en ese momento.
— Ya veo — dijo, con un tono carente de la felicidad que antes había tenido, cuando le habían alabado. Aunque tampoco supo si creerlo. Por un lado, explicaba el por qué le había tocado a él. Aunque nunca se había considerado el mejor de nada —. Pero... ¿De verdad es seguro? ¿Esa cosa... no intentará escapar de mi? ¿No podrá hacerme nada?
No es que se lo estuviese pensando, ni mucho menos. No estaba comprando frutas en la verdulería o una nueva espada ninja. Ya que no había más opción, quería saber a qué se estaba enfrentando.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60