18/04/2018, 23:11
Una inusual pareja de ninjas compartían un curioso momento con sendas tazas de té en el despacho del Morikage. Una de ellas era el Morikage mismo, que en esos momentos se encontraba dándole un buen sorbo al suyo. El otro era Eikyuu Juro, un joven genin marionetista cuya vida iba a dar un giro inesperado de ciento ochenta grados.
Kenzou depositó la taza sobre la mesa y observó a Juro con una sonrisa.
—Debo de pedirte disculpas, Juro-kun. Creo que me excedí en el... ímpetu con el que te comuniqué la decisión de que fueras jinchuuriki —dijo—. Quiero que sepas que para mi seguirás siendo un ninja de kusagakure más. Es decir, parte de nuestra gran familia.
»Y un miembro muy importante, cabe decir.
Kenzou dio otro sorbo a su taza de té.
—Son tiempos difíciles, joven Juro. Uzushiogakure tiene ahora dos jinchuuriki, obra de un traidor o no, no se puede negar que ahí están. Junto con Amegakure, nos dejan en una posición complicada. —Acarició el borde de la taza, trazando un círculo con el dedo índice—. No creo que a nadie se le ocurra volver a utilizar a un bijuu como un arma... Habría que ser un loco demente, pero un loco demente casi toma el mando en Uzushiogakure y nos manda a todos a la mierda.
»Hace unos meses, detectamos un... curioso incidente en el País del Rayo. Afortunadamente, fuimos los primeros en tener a algún shinobi cerca para darse cuenta. Enviamos refuerzos y conseguimos capturar a uno de esos engendros antes de que llegase al País del Bosque. No quiero ni imaginarme el destrozo que hubiera podido causar.
»Y dados los recientes... acontecimientos, creo que será mejor que tengamos nuestro propio jinchuuriki. Sólo... por si acaso.
Kenzou depositó la taza sobre la mesa y observó a Juro con una sonrisa.
—Debo de pedirte disculpas, Juro-kun. Creo que me excedí en el... ímpetu con el que te comuniqué la decisión de que fueras jinchuuriki —dijo—. Quiero que sepas que para mi seguirás siendo un ninja de kusagakure más. Es decir, parte de nuestra gran familia.
»Y un miembro muy importante, cabe decir.
Kenzou dio otro sorbo a su taza de té.
—Son tiempos difíciles, joven Juro. Uzushiogakure tiene ahora dos jinchuuriki, obra de un traidor o no, no se puede negar que ahí están. Junto con Amegakure, nos dejan en una posición complicada. —Acarició el borde de la taza, trazando un círculo con el dedo índice—. No creo que a nadie se le ocurra volver a utilizar a un bijuu como un arma... Habría que ser un loco demente, pero un loco demente casi toma el mando en Uzushiogakure y nos manda a todos a la mierda.
»Hace unos meses, detectamos un... curioso incidente en el País del Rayo. Afortunadamente, fuimos los primeros en tener a algún shinobi cerca para darse cuenta. Enviamos refuerzos y conseguimos capturar a uno de esos engendros antes de que llegase al País del Bosque. No quiero ni imaginarme el destrozo que hubiera podido causar.
»Y dados los recientes... acontecimientos, creo que será mejor que tengamos nuestro propio jinchuuriki. Sólo... por si acaso.