21/04/2018, 22:24
La fachada era bastante curiosa sí, pero no debía juzgar un libro por su portada, ¿no? Así que sin pensarlo mucho me aventuré al interior de aquel dojo. Sin embargo, al entrar me aseguré que aquel letrero no era más que un vil engaño, a la izquierda se encontraba una barra con un cantinero, las sillas estaban ocupadas, borrachos cantando, levantando el tarro lleno de cerveza espumosa y con su típica cara enrojecida.
"Es temprano para estar ebrio..." Me dije como sí fuese mi deber evaluar el local, realmente no debía importarme, no era mi responsabilidad y legalmente estaba de vacaciones.
Frente a la barra se encontraba el tatami, el único lugar por el cual me había interesado, pero el olor del fondo, el ruido y demás le restaba bastante al ambiente para entrenar, lo positivo del asunto era que tenía un estante lleno de armas, de todo tipo tamaños y formas, algo atractivo para alguien amante de las armas, no era mi caso. Sobre el escenario se encontraba un única persona luchando con su viva imagen, le miré por un par de segundos, como hacía sus movimientos y demás, pero cuando lo noté... Sí, tenía toda mi atención.
"Sharingan"
Ahora que le ponía un poco más de atención a la figura de aquel chico podría decir que se me hacía familiar, le había visto en algún lugar, pero... ¿dónde?
Me volteé hacia la barra, más nadie se había percatado de mi presencia, ¿debía pagar algo por el uso de su área?
"¿Será tan fuerte como Akame?" Recordé aquella cicatriz que había dejado en mi pecho. Suspiré, sí quería ser más fuerte no podía detenerme por un par de heridas...
—Oye!— Hablé más alto de lo normal para que mi voz se hiciera notar por la ambientación de fondo. Caminé mucho más cerca del tatami y me quedé en el margen esperando a que su atención se viese atraída a mi. —Me gustaría entrenar un poco, ¿te importaría?— Directo y conciso.
"Es temprano para estar ebrio..." Me dije como sí fuese mi deber evaluar el local, realmente no debía importarme, no era mi responsabilidad y legalmente estaba de vacaciones.
Frente a la barra se encontraba el tatami, el único lugar por el cual me había interesado, pero el olor del fondo, el ruido y demás le restaba bastante al ambiente para entrenar, lo positivo del asunto era que tenía un estante lleno de armas, de todo tipo tamaños y formas, algo atractivo para alguien amante de las armas, no era mi caso. Sobre el escenario se encontraba un única persona luchando con su viva imagen, le miré por un par de segundos, como hacía sus movimientos y demás, pero cuando lo noté... Sí, tenía toda mi atención.
"Sharingan"
Ahora que le ponía un poco más de atención a la figura de aquel chico podría decir que se me hacía familiar, le había visto en algún lugar, pero... ¿dónde?
Me volteé hacia la barra, más nadie se había percatado de mi presencia, ¿debía pagar algo por el uso de su área?
"¿Será tan fuerte como Akame?" Recordé aquella cicatriz que había dejado en mi pecho. Suspiré, sí quería ser más fuerte no podía detenerme por un par de heridas...
—Oye!— Hablé más alto de lo normal para que mi voz se hiciera notar por la ambientación de fondo. Caminé mucho más cerca del tatami y me quedé en el margen esperando a que su atención se viese atraída a mi. —Me gustaría entrenar un poco, ¿te importaría?— Directo y conciso.