23/04/2018, 21:56
Cuando salieron, Juro pudo ver bien la figura del hombre que les estaba esperando. Tenía el cabello de color turquesa, y unas largas y espesas cejas azules que sobresalían notablemente. No menos notable eran sus ojos: parecían tener una forma extra, como la de un anillo.
El hombre les saludó con una reverencia. Juro se inquietó, aunque supo que iba dirigida al lider y no a él.
—Hola, Kenzou-sama. ¿Ya está todo aclarado, entonces? — El hombre sonrió, y Juro se inquietó por su rostro. No supo porque, pero le recordaba a la del Morikage. Y no sabía distinguir cual de las dos era peor. Las dos eran una sonrisa de depredador.
—Ya lo he hablado todo con el joven Juro. Vamos. Tenemos una larga noche por delante. — dijo el Morikage, asintiendo.
Juro asintió también, pero menos convencido. La verdad es que la presencia del hombre no ayudaba. Estaba muy nervioso, y no del todo seguro de la decisión que había tomado.
« No es como si tuviera otra opción »
El hombre al que el Morikage había nombrado como Yubiwa minutos antes encabezó la marcha. El Morikage caminó al lado de Juro, dispuesto a darle conversación.
—La aldea está preciosa a estas horas de la madrugada. ¿No es así, Juro-kun?
— Así es, Morikage-sama. La luna le da un aspecto casi místico — asintió Juro. Luego, se sintió lo suficientemente cómodo como para ir más allá de darle la razón a su Kage —. La luna llena siempre me ha gustado, ¿sabe? La luna en todo su esplendor. Es como una noche dónde algo va a suceder. Igual es por las historias de miedo que me contaba mi abuela de niño: la luna llena era siempre cuando los monstruos aparecían.
Juro no pudo evitar reírse un poco de sí mismo. Se recordaba de niño, aferrado al borde de la cama, queriendo taparse con la manta, mientras su abuela le hablaba sin piedad de hombres que se convertían en animales fantásticos, fantasmas, brujas y demás criaturas.
Se preguntó, por unos momentos, si aquel hombre tan sabio e imponente, habría sentido algo parecido. Si también le habrían contado, de niño — hace cientos de años, claro — historias semejantes, y si había vivido esos sentimientos. De alguna forma, Juro se sentía muy feliz de tenerlos.
El hombre les saludó con una reverencia. Juro se inquietó, aunque supo que iba dirigida al lider y no a él.
—Hola, Kenzou-sama. ¿Ya está todo aclarado, entonces? — El hombre sonrió, y Juro se inquietó por su rostro. No supo porque, pero le recordaba a la del Morikage. Y no sabía distinguir cual de las dos era peor. Las dos eran una sonrisa de depredador.
—Ya lo he hablado todo con el joven Juro. Vamos. Tenemos una larga noche por delante. — dijo el Morikage, asintiendo.
Juro asintió también, pero menos convencido. La verdad es que la presencia del hombre no ayudaba. Estaba muy nervioso, y no del todo seguro de la decisión que había tomado.
« No es como si tuviera otra opción »
El hombre al que el Morikage había nombrado como Yubiwa minutos antes encabezó la marcha. El Morikage caminó al lado de Juro, dispuesto a darle conversación.
—La aldea está preciosa a estas horas de la madrugada. ¿No es así, Juro-kun?
— Así es, Morikage-sama. La luna le da un aspecto casi místico — asintió Juro. Luego, se sintió lo suficientemente cómodo como para ir más allá de darle la razón a su Kage —. La luna llena siempre me ha gustado, ¿sabe? La luna en todo su esplendor. Es como una noche dónde algo va a suceder. Igual es por las historias de miedo que me contaba mi abuela de niño: la luna llena era siempre cuando los monstruos aparecían.
Juro no pudo evitar reírse un poco de sí mismo. Se recordaba de niño, aferrado al borde de la cama, queriendo taparse con la manta, mientras su abuela le hablaba sin piedad de hombres que se convertían en animales fantásticos, fantasmas, brujas y demás criaturas.
Se preguntó, por unos momentos, si aquel hombre tan sabio e imponente, habría sentido algo parecido. Si también le habrían contado, de niño — hace cientos de años, claro — historias semejantes, y si había vivido esos sentimientos. De alguna forma, Juro se sentía muy feliz de tenerlos.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60