25/04/2018, 18:57
A cada segundo que pasaba y en cada intento por tranquilizarla un poco y tratar de darle la confianza necesaria, la kunoichi de la lluvia parecía entrar en un estado de histeria más agudo. Cada vez se la veía más insegura como si algo malo estuviese esperándonos en la vuelta de la esquina. Supongo que era mi deseo de dormir en una cama bajo un techo el hecho de que confiese en aquella niña risueña.
—Te juro que como pase algo voy a matarte, Yota-san...
Tragué saliva. Sabía que era perfectamente capaz de cumplir su palabra. Ya perdí una vez con ella y no me interesaba entrar en hostilidades con ella. Era poderosa y tenía los recursos necesarios para patearme de nuevo el trasero. Además, quien sabe todo lo que había mejorado y aprendido desde nuestro combate en los dojos.
— Bueno... no creo que sea necesario todo eso... jeje.. Todo va a i...
De pronto, no muy lejos de donde nos encontrábamos una explosión seguida de una cortina de humo, producto de una fuente de fuego, sin duda. La niña produjo un chillido de terror y echó a correr en dirección a la explosión.
— ¡Noooooo! ¡Papá, mamá!
Afortunadamente fui lo suficientemente veloz como para sujetarla con la telaraña que había hecho emanar de mi extremidad derecha, evitando que se dirigiese a una muerte segura.
— Espera, podría ser peligroso. ¿Eso que explotó fue tu casa? — la niña asintió con los ojos cubiertos de lágrimas, incapaz de siquiera gesticular palabra alguna
«Genial...»
Fue entonces cuando quise cruzar la mirada con Ayame, buscando su aprobación y, por consecuencia, su absolutamente necesaria ayuda
— Deberíamos ir a ver qué ha pasado, Ayame-san
—Te juro que como pase algo voy a matarte, Yota-san...
Tragué saliva. Sabía que era perfectamente capaz de cumplir su palabra. Ya perdí una vez con ella y no me interesaba entrar en hostilidades con ella. Era poderosa y tenía los recursos necesarios para patearme de nuevo el trasero. Además, quien sabe todo lo que había mejorado y aprendido desde nuestro combate en los dojos.
— Bueno... no creo que sea necesario todo eso... jeje.. Todo va a i...
De pronto, no muy lejos de donde nos encontrábamos una explosión seguida de una cortina de humo, producto de una fuente de fuego, sin duda. La niña produjo un chillido de terror y echó a correr en dirección a la explosión.
— ¡Noooooo! ¡Papá, mamá!
Afortunadamente fui lo suficientemente veloz como para sujetarla con la telaraña que había hecho emanar de mi extremidad derecha, evitando que se dirigiese a una muerte segura.
— Espera, podría ser peligroso. ¿Eso que explotó fue tu casa? — la niña asintió con los ojos cubiertos de lágrimas, incapaz de siquiera gesticular palabra alguna
«Genial...»
Fue entonces cuando quise cruzar la mirada con Ayame, buscando su aprobación y, por consecuencia, su absolutamente necesaria ayuda
— Deberíamos ir a ver qué ha pasado, Ayame-san
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa