26/04/2018, 22:46
—No lo creo, lo sé. Sé que te dolerá. Sé que gritarás y que te descompondrás de puro dolor.
Juro sintió un escalofrío, mientras trataba de imaginar el castigo al que estaba a punto de someter a su cuerpo. Se imaginó su cuerpo descomponiéndose de puro dolor. El dolor de garganta de tanto gritar. Y su rostro, apagándose poco a poco, hasta el desmayo. Tras el desmayo, esa cosa podría hacer lo que quisiera con su cuerpo.
« Dios. ¿Por qué me metí en esto? ¿Por qué? Yo no tengo voluntad. No voy a aguantar ni si quiera el sellado »
Tras plantar la semilla de la discordía en la pobre mente del chico, Yubiwa se marchó dando saltos. Una voz, que sintió fría como el hielo, le llamó. Era su kage.
—Muy bien. Al círculo, Juro.Túmbate y cierra los ojos.
— Yo... — Juro titubeó, por unos momentos, pero de pronto, sintió la presión en su espalda.
Dos ANBU empezaron a dirigirle. No aplicaron mucha fuerza, pero Juro supo que en cuanto se detuviera o tratara de apartarse de ellos, no serían tan amables.
Juro sintió impotencia, y otra vez, miedo. Las palabras de Yubiwa le acompañaron durante el camino, que se le hizo eterno. "Te descompondrás de dolor". Eso le había dicho. ¿Podría aguantar de verdad? ¿No se rompería?
Antes de que pudiera si quiera pensarlo, ya estaba frente al círculo.
Tembloros, Juro se tumbó. Reprimiendo las ganas de llorar, cerró los ojos.
« ¿Por qué yo? ¿Por qué me tiene que pasar esto a mi?» — Por unos momentos, se permitió soñar. Pensar en que nada de eso era real, y que dentro de nada se despertaría en su cama. Todo habría sido un sueño. Saldría de su habitación, y su hermana le reprendería por haberse quedado dormido y no estar entrenando. Su abuela reiría y le prepararía algo para comer. Después, saldría a dar una vuelta por la villa, y probablemente se perdería por el camino.
Pero la firme voz del Morikage le sacó de sus ensoñaciones.
—Muy bien, comencemos el ritual.
Lo único que sintió fue un brillo intenso. Aun cerrando los ojos, su fuerza era tal que le inundó. Apretó los dientes, esperando aquel dolor intenso que le había prometido el hombre. Pero no llegó.
Fue como un sueño. Poco a poco, empezó a perder el conocimiento.
Y entonces, como un signo de rebeldía, sus parpados se abrieron, y se llenaron de lo desconocido.
« ¿Q-Qué... es eso? ¿Qué es eso? »— Frente a la luna, flotaba algo. Pero Juro no pudo entenderlo. Aquellas formas no pertenecían a nada que hubiese visto antes. Nada que una mente despierta y activa pudiese asimilar fácilmente.
Aquella imagen le acompañaría en sus futuras pesadillas. Y en más que eso. A partir de ahora, la tendría dentro de él.
Juro se despertó de un sobresalto. El corazón le latía a mil por hora.
Quiso gritar. Pero tenía la garganta seca. Y unas ganas de vomitar terribles. Juro se esforzó por contener las nauseas y no vomitar sobre el sofá marrón en el que reposaba.
Tras unos segundos, pudo empezar a darse cuenta de dónde estaba. Se encontraba en el despacho del Morikage. Estaba recostado sobre el sofá. Había perdido el conocimiento.
« Eso quiere decir que... » — Le habían sellado a aquella cosa. No había otra posibilidad. No había sido un malsueño. El estar ahí lo probaba.
— ¿Morikage-sama? — preguntó, dudoso. Salió solo un hilillo de voz —. ¿Qué ha pasado?
Juro sintió un escalofrío, mientras trataba de imaginar el castigo al que estaba a punto de someter a su cuerpo. Se imaginó su cuerpo descomponiéndose de puro dolor. El dolor de garganta de tanto gritar. Y su rostro, apagándose poco a poco, hasta el desmayo. Tras el desmayo, esa cosa podría hacer lo que quisiera con su cuerpo.
« Dios. ¿Por qué me metí en esto? ¿Por qué? Yo no tengo voluntad. No voy a aguantar ni si quiera el sellado »
Tras plantar la semilla de la discordía en la pobre mente del chico, Yubiwa se marchó dando saltos. Una voz, que sintió fría como el hielo, le llamó. Era su kage.
—Muy bien. Al círculo, Juro.Túmbate y cierra los ojos.
— Yo... — Juro titubeó, por unos momentos, pero de pronto, sintió la presión en su espalda.
Dos ANBU empezaron a dirigirle. No aplicaron mucha fuerza, pero Juro supo que en cuanto se detuviera o tratara de apartarse de ellos, no serían tan amables.
Juro sintió impotencia, y otra vez, miedo. Las palabras de Yubiwa le acompañaron durante el camino, que se le hizo eterno. "Te descompondrás de dolor". Eso le había dicho. ¿Podría aguantar de verdad? ¿No se rompería?
Antes de que pudiera si quiera pensarlo, ya estaba frente al círculo.
Tembloros, Juro se tumbó. Reprimiendo las ganas de llorar, cerró los ojos.
« ¿Por qué yo? ¿Por qué me tiene que pasar esto a mi?» — Por unos momentos, se permitió soñar. Pensar en que nada de eso era real, y que dentro de nada se despertaría en su cama. Todo habría sido un sueño. Saldría de su habitación, y su hermana le reprendería por haberse quedado dormido y no estar entrenando. Su abuela reiría y le prepararía algo para comer. Después, saldría a dar una vuelta por la villa, y probablemente se perdería por el camino.
Pero la firme voz del Morikage le sacó de sus ensoñaciones.
—Muy bien, comencemos el ritual.
Lo único que sintió fue un brillo intenso. Aun cerrando los ojos, su fuerza era tal que le inundó. Apretó los dientes, esperando aquel dolor intenso que le había prometido el hombre. Pero no llegó.
Fue como un sueño. Poco a poco, empezó a perder el conocimiento.
Y entonces, como un signo de rebeldía, sus parpados se abrieron, y se llenaron de lo desconocido.
« ¿Q-Qué... es eso? ¿Qué es eso? »— Frente a la luna, flotaba algo. Pero Juro no pudo entenderlo. Aquellas formas no pertenecían a nada que hubiese visto antes. Nada que una mente despierta y activa pudiese asimilar fácilmente.
Aquella imagen le acompañaría en sus futuras pesadillas. Y en más que eso. A partir de ahora, la tendría dentro de él.
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Juro se despertó de un sobresalto. El corazón le latía a mil por hora.
Quiso gritar. Pero tenía la garganta seca. Y unas ganas de vomitar terribles. Juro se esforzó por contener las nauseas y no vomitar sobre el sofá marrón en el que reposaba.
Tras unos segundos, pudo empezar a darse cuenta de dónde estaba. Se encontraba en el despacho del Morikage. Estaba recostado sobre el sofá. Había perdido el conocimiento.
« Eso quiere decir que... » — Le habían sellado a aquella cosa. No había otra posibilidad. No había sido un malsueño. El estar ahí lo probaba.
— ¿Morikage-sama? — preguntó, dudoso. Salió solo un hilillo de voz —. ¿Qué ha pasado?
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60