27/04/2018, 02:28
(Última modificación: 27/04/2018, 02:30 por Uchiha Datsue.)
—Gracias, aunque no sabía que teníamos fama.
—¿Cómo no? —preguntó, confuso—. Tenéis tan buena fama como kusajines mala.
Amegakure y Kusagakure eran como polos opuestos. Unos tenían fama de duros, fríos y sanguinarios. Tan acostumbrados a la tormenta que corrían desnudos bajo ella. Los otros, tan delicados como el pétalo de una flor y tan vulnerables como una hoja en un vendaval. O eso decían las malas lenguas, incluida la de Datsue.
—¿Esta sigue siendo la primera ronda o ya terminó? Creo que ganaste.
Datsue aprovechó el breve descanso para quitarse el sudor de la frente.
—Hmm… ¿Tú crees? —Era cierto que estaba llevando la delantera, al menos en cuanto a golpes. Pero había un ligero detalle que le acababa de colocar en tremenda desventaja. Él…—. Yo estoy desarmado, mientras que tú todavía conservas tu arma —bajó la mirada, localizando la lanza. Se encontraba en el suelo, entre él y Keisuke—. Hagamos una cosa, pongamos un par de reglas para decidir el fin de una ronda. Una —levantó el dedo de una mano—: que el adversario se rinda. Dos: que acepte su derrota. Y tres —levantó un tercer dedo, mientras caía en la cuenta de que la primera y segunda condición eran casi sinónimos—, que alguien reciba un golpe que en condiciones normales sería letal. Por ejemplo, una buena estocada al torso, o un buen golpe con una katana al cuello, significaría quedarte en la mierda o sin cabeza. Con estas armas… a lo poco un moratón, pero no tendría sentido continuar.
»¿Estás de acuerdo?
—¿Cómo no? —preguntó, confuso—. Tenéis tan buena fama como kusajines mala.
Amegakure y Kusagakure eran como polos opuestos. Unos tenían fama de duros, fríos y sanguinarios. Tan acostumbrados a la tormenta que corrían desnudos bajo ella. Los otros, tan delicados como el pétalo de una flor y tan vulnerables como una hoja en un vendaval. O eso decían las malas lenguas, incluida la de Datsue.
—¿Esta sigue siendo la primera ronda o ya terminó? Creo que ganaste.
Datsue aprovechó el breve descanso para quitarse el sudor de la frente.
—Hmm… ¿Tú crees? —Era cierto que estaba llevando la delantera, al menos en cuanto a golpes. Pero había un ligero detalle que le acababa de colocar en tremenda desventaja. Él…—. Yo estoy desarmado, mientras que tú todavía conservas tu arma —bajó la mirada, localizando la lanza. Se encontraba en el suelo, entre él y Keisuke—. Hagamos una cosa, pongamos un par de reglas para decidir el fin de una ronda. Una —levantó el dedo de una mano—: que el adversario se rinda. Dos: que acepte su derrota. Y tres —levantó un tercer dedo, mientras caía en la cuenta de que la primera y segunda condición eran casi sinónimos—, que alguien reciba un golpe que en condiciones normales sería letal. Por ejemplo, una buena estocada al torso, o un buen golpe con una katana al cuello, significaría quedarte en la mierda o sin cabeza. Con estas armas… a lo poco un moratón, pero no tendría sentido continuar.
»¿Estás de acuerdo?
1 AO mantenida
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¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado