26/08/2015, 16:44
Llovía. Mucho. Muchísimo de verdad. Casi tres veces más en ese momento que algunas horas atrás, cuando Tantei y su hermano Reisei habían llegado a Amegakure. Tenía sentido, después de todo eran la Aldea Oculta de la Lluvia, si no lloviera todo el tiempo, y por instantes con mucha intensidad, sería una gran desilusión. Aunque pensándolo detenidamente eso hacía que su propia aldea, Uzushiogakure, la Aldea Oculta del Remolino, fuera justamente una grandísima y enorme desilusión. ¿Dónde estaban los remolinos? ¿Alguien los tenía guardados? Seguramente fuera todo culpa de la vieja Shiona, ella los tenía escondidos.
-¡Eh! Tan-chan, ¿escuchaste algo de lo que dije?- lo sacaron a la fuerza de sus estúpidas cavilaciones.
-¿Eh? Perdón, estaba... bueno no importa, ¿qué es? ¿Ya puedo irme a recorrer la aldea solo?
-Sí. Yo estaré en el edificio del Arashikage. No vayas a buscarme ahí a no ser que sea algo urgente. Si todo va bien nos vemos aquí mismo dentro de una hora- Tantei asintió. Reisei se levantó de la silla y dejo en la mesa unas cuantas monedas -Ahí hay para que pagues la comida y para que te compres alguna tontería. No te pierdas.
El pelirrojo menor respondió con un suspiro. Como si eso fuera posible, él nunca se perdía.
Los hermanos se despidieron chocando un puño y Reisei salió de la taberna.
Ahora tenía total libertad para recorrer el distrito comercial en busca de chucherías... sí claro. No pensaba gastar el poco tiempo que tenía en la aldea donde su padre había dejado la vida combatiendo con aquella bestia mirando artesanías baratas, buscaría información acerca de aquel día. ¿Qué había sucedido? ¿Cómo había sucedido? Y tal vez incluso, ¿por qué había sucedido?
Salió de la taberna solo para que una verdad ineludible pusiera sus pies en la tierra: antes de cualquier investigación necesitaba un paraguas. Se estaba empapando.
-¡Eh! Tan-chan, ¿escuchaste algo de lo que dije?- lo sacaron a la fuerza de sus estúpidas cavilaciones.
-¿Eh? Perdón, estaba... bueno no importa, ¿qué es? ¿Ya puedo irme a recorrer la aldea solo?
-Sí. Yo estaré en el edificio del Arashikage. No vayas a buscarme ahí a no ser que sea algo urgente. Si todo va bien nos vemos aquí mismo dentro de una hora- Tantei asintió. Reisei se levantó de la silla y dejo en la mesa unas cuantas monedas -Ahí hay para que pagues la comida y para que te compres alguna tontería. No te pierdas.
El pelirrojo menor respondió con un suspiro. Como si eso fuera posible, él nunca se perdía.
Los hermanos se despidieron chocando un puño y Reisei salió de la taberna.
Ahora tenía total libertad para recorrer el distrito comercial en busca de chucherías... sí claro. No pensaba gastar el poco tiempo que tenía en la aldea donde su padre había dejado la vida combatiendo con aquella bestia mirando artesanías baratas, buscaría información acerca de aquel día. ¿Qué había sucedido? ¿Cómo había sucedido? Y tal vez incluso, ¿por qué había sucedido?
Salió de la taberna solo para que una verdad ineludible pusiera sus pies en la tierra: antes de cualquier investigación necesitaba un paraguas. Se estaba empapando.