4/05/2018, 20:46
Tras dar aquel sorbo, limpié el bigote de espuma que se formó en mi rostro con el dorso de mi mano, no era una sensación que me gustase, sentir ese pegoste sobre los labios no era lo mío, yo no era como aquellos a quienes les gustaba lucirlo...
—Una misión, compañero, una misión. Un cabrón hijoputa, sádico como el solo, que disfrutaba matando y torturando. Por suerte, ya no lo hará más. Pensé en entrenar un poco antes de volver a la Villa, y quizá pegarme un descansillo en la famosa Villa de las Aguas Termales, que aun no tuve el placer de visitarlas.
—Entonces... ¿Lo mataste?— Pregunté atónito.
»¿Y tú?
—Lo mío es mucho menos sorprendente que lo tuyo.— Comenté restandole importancia al asunto.—Escuché que estas termas son las mejores y únicas así que vine para relajarme un par de días por aquí.— Admití sin más, esa era la mera verdad.
Di otro sorbo a la bebida, uno un poco más profundo que el anterior, pero no lo suficiente como para que mi cerebro tuviese que pagar las consecuencias.
—¡Pero bueno, suicidas! — Exclamó alguien que se acercaba a nosotros, me volteé a ver quién era la persona que se aproximaba y entonces, al verle, supe que era el hombre de la barba, pelón y chaparro.—. ¿¡Cómo se os ocurre poneros a beber en terreno sagrado!?— Vociferó enojado.
Me puse de pie con cierto nerviosismo para luego ver de frente al sujeto que cada vez estaba más cerca. —Es que... Hacía mucho calor y la barra está llena, fue algo inconsciente, no fue a propósito.— Dije rápidamente y luego hice una reverencia en son de disculpa, esperando a que no se fuera a mayores...
—Una misión, compañero, una misión. Un cabrón hijoputa, sádico como el solo, que disfrutaba matando y torturando. Por suerte, ya no lo hará más. Pensé en entrenar un poco antes de volver a la Villa, y quizá pegarme un descansillo en la famosa Villa de las Aguas Termales, que aun no tuve el placer de visitarlas.
—Entonces... ¿Lo mataste?— Pregunté atónito.
»¿Y tú?
—Lo mío es mucho menos sorprendente que lo tuyo.— Comenté restandole importancia al asunto.—Escuché que estas termas son las mejores y únicas así que vine para relajarme un par de días por aquí.— Admití sin más, esa era la mera verdad.
Di otro sorbo a la bebida, uno un poco más profundo que el anterior, pero no lo suficiente como para que mi cerebro tuviese que pagar las consecuencias.
—¡Pero bueno, suicidas! — Exclamó alguien que se acercaba a nosotros, me volteé a ver quién era la persona que se aproximaba y entonces, al verle, supe que era el hombre de la barba, pelón y chaparro.—. ¿¡Cómo se os ocurre poneros a beber en terreno sagrado!?— Vociferó enojado.
Me puse de pie con cierto nerviosismo para luego ver de frente al sujeto que cada vez estaba más cerca. —Es que... Hacía mucho calor y la barra está llena, fue algo inconsciente, no fue a propósito.— Dije rápidamente y luego hice una reverencia en son de disculpa, esperando a que no se fuera a mayores...