6/05/2018, 20:27
—Y, ¿qué has hecho en todo este tiempo? Yo bueno, me la he pasado entrenando bastante y creo que por fin voy a tener una buena cosecha. Y bueno, tuve la pérdida de un colega.
Riko escuchó como Keisuke trataba de romper el hielo contando él primero lo que había estado haciendo durante todo el tiempo en el que no se habían visto, y la última parte le pilló completamente por sorpresa.
— Vaya... Lo siento, Keisuke. No son cosas fáciles de superar... — Él lo sabía bien. — Pues yo he hecho lo típico, entrenar para mejorar todo lo posible y he podido vivir alguna aventura por ahí.
El ambiente había cambiado por completo, aquella noticia del amenio había apagado la alegría que reinaba, pero era normal, era cuestión de tiempo que todo volviera a la normalidad.
—Oye, la naturaleza me llama. Me pondré por allá y espero cuides mi espalda jaja. No tardo.
El Senju rió ante el comentario de su compañero.
— De acuerdo, aquí te espero.
Cuando Keisuke terminó de hacer sus necesidades escucharía a su derecha el sonido de un arbusto que se agitaba, llamando su atención lo suficiente como para no ver venir a la persona que se acercaba, rápida pero sigilosa, por su espalda y ésta le colocó una bolsa en la cabeza impidiéndole ver y reduciéndole lo suficientemente rápido como para que no pudiera reaccionar.
Riko escuchó como Keisuke trataba de romper el hielo contando él primero lo que había estado haciendo durante todo el tiempo en el que no se habían visto, y la última parte le pilló completamente por sorpresa.
— Vaya... Lo siento, Keisuke. No son cosas fáciles de superar... — Él lo sabía bien. — Pues yo he hecho lo típico, entrenar para mejorar todo lo posible y he podido vivir alguna aventura por ahí.
El ambiente había cambiado por completo, aquella noticia del amenio había apagado la alegría que reinaba, pero era normal, era cuestión de tiempo que todo volviera a la normalidad.
—Oye, la naturaleza me llama. Me pondré por allá y espero cuides mi espalda jaja. No tardo.
El Senju rió ante el comentario de su compañero.
— De acuerdo, aquí te espero.
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Cuando Keisuke terminó de hacer sus necesidades escucharía a su derecha el sonido de un arbusto que se agitaba, llamando su atención lo suficiente como para no ver venir a la persona que se acercaba, rápida pero sigilosa, por su espalda y ésta le colocó una bolsa en la cabeza impidiéndole ver y reduciéndole lo suficientemente rápido como para que no pudiera reaccionar.
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»