7/05/2018, 21:14
Nuevamente sus ojos buscaron los míos, que fueron cautivos y cedieron ante la demanda de los dorados, esta vez no río de lleno, sino que contuvo su risa y mostró su dentadura, blanca, alineada, perfecta, pero... intimidante.
— ¿Pues sabéis qué? ¡Éste es vuestro día de suerte! Porque esta vez, y sólo por esta vez, el estanque mágico ha decidido aparecerse ante vosotros, ¡TACHÁAAAN! — Y abrió los brazos dando a entender que él era el estanque. — Vais a vivir en primera persona uno de esos ''rituales mágicos'' de los que tanto se habla. —
"Oh... Rayos..." Y como fondo de mi lamento se escuchaban las carcajadas, de nuevo.
— Keisuke, ¡tenemos que salir de aquí como sea! — Murmuró Riko.
Yo lo sabía, sabía que el albino tenía razón, pero... ¿Cómo? Estábamos rodeados y eran superior en cantidad, no sabíamos cuánto de ninjutsu eran capaz de manejar. —Cuando tengamos una brecha lo hacemos, huimos y evitamos confrontación.— Musité en el mismo tono para que solamente él me escuchase, posiblemente fuese el mejor plan a realizar.
Seguí los pasos del tipo con cresta hasta aquel mesón de roca que se encontraba frente al fuego, lo que más llamó mi atención y perturbó fue cuando se puso una túnica roja como la sangre, no lograba ver sí tenían alguna insignia o logo, pero lo que sí era seguro es que ellos eran la secta.
— ¿Está todo listo, Shunō?
— No, aún no, ellos no lo están todavía, preparadles.
Fue escuchar su orden y sentir como la oscuridad volvía, ahora venía acompañada de la caricia de la tierra.
— ¿Pues sabéis qué? ¡Éste es vuestro día de suerte! Porque esta vez, y sólo por esta vez, el estanque mágico ha decidido aparecerse ante vosotros, ¡TACHÁAAAN! — Y abrió los brazos dando a entender que él era el estanque. — Vais a vivir en primera persona uno de esos ''rituales mágicos'' de los que tanto se habla. —
"Oh... Rayos..." Y como fondo de mi lamento se escuchaban las carcajadas, de nuevo.
— Keisuke, ¡tenemos que salir de aquí como sea! — Murmuró Riko.
Yo lo sabía, sabía que el albino tenía razón, pero... ¿Cómo? Estábamos rodeados y eran superior en cantidad, no sabíamos cuánto de ninjutsu eran capaz de manejar. —Cuando tengamos una brecha lo hacemos, huimos y evitamos confrontación.— Musité en el mismo tono para que solamente él me escuchase, posiblemente fuese el mejor plan a realizar.
Seguí los pasos del tipo con cresta hasta aquel mesón de roca que se encontraba frente al fuego, lo que más llamó mi atención y perturbó fue cuando se puso una túnica roja como la sangre, no lograba ver sí tenían alguna insignia o logo, pero lo que sí era seguro es que ellos eran la secta.
— ¿Está todo listo, Shunō?
— No, aún no, ellos no lo están todavía, preparadles.
Fue escuchar su orden y sentir como la oscuridad volvía, ahora venía acompañada de la caricia de la tierra.