7/05/2018, 21:42
Sentí cada piedra, cada hueco o irregularidad del suelo por un tiempo que a lo mejor no fue mucho, pero dada la situación en que me encontraba parecía ser una eternidad. "¿Qué será eso de prepararnos?" Intentaba meditar sobre ello, sobre qué podría ser lo que tendríamos que hacer, o qué nos harían.
No obstante, nos detuvimos, no hubo más tiempo para dar rienda suelta a la imaginación, hecho que agradecí, porque torturarme mentalmente era una de las peores sensaciones. La tierra ya no eran tan tierra, bueno sí era tierra pero ahora había una lona sobre ella y pude confirmar que nos encontrábamos en una tienda cuando mi visión así me lo permitió. ¿Cual era la idea de secuestrar a alguien con bolsas de tela que no cubrían al cien por ciento la visión? Seguro era parte de su plan de tortura...
El interior parecía cálido, estaba medianamente amueblado, era un lugar cómodo para acampar. Mi opresor me llevó a una segunda tienda que quedó expuesta a nosotros con el inconfundible ruido que hizo el cierre al abrirse, lo primero que noté fue el cambio de temperatura, estaba mucho más cálido, pude notar unas cubetas de madera o algo así, no estaba del todo seguro.
— Tenéis que lavaros, vamos. — Exigió liberándome de la oscuridad.
Ahora que podía ver mejor, constaté que estaba frente a un banco de madera y dos esponjas estaban a nuestro merced.
—¿Supervisará que nos restreguemos bien?— Pregunté, no esperaba que me dieran privacidad o algo por el estilo, pero un par de minutos a solas con Riko podrían valer más que el oro en ese momento.
No obstante, nos detuvimos, no hubo más tiempo para dar rienda suelta a la imaginación, hecho que agradecí, porque torturarme mentalmente era una de las peores sensaciones. La tierra ya no eran tan tierra, bueno sí era tierra pero ahora había una lona sobre ella y pude confirmar que nos encontrábamos en una tienda cuando mi visión así me lo permitió. ¿Cual era la idea de secuestrar a alguien con bolsas de tela que no cubrían al cien por ciento la visión? Seguro era parte de su plan de tortura...
El interior parecía cálido, estaba medianamente amueblado, era un lugar cómodo para acampar. Mi opresor me llevó a una segunda tienda que quedó expuesta a nosotros con el inconfundible ruido que hizo el cierre al abrirse, lo primero que noté fue el cambio de temperatura, estaba mucho más cálido, pude notar unas cubetas de madera o algo así, no estaba del todo seguro.
— Tenéis que lavaros, vamos. — Exigió liberándome de la oscuridad.
Ahora que podía ver mejor, constaté que estaba frente a un banco de madera y dos esponjas estaban a nuestro merced.
—¿Supervisará que nos restreguemos bien?— Pregunté, no esperaba que me dieran privacidad o algo por el estilo, pero un par de minutos a solas con Riko podrían valer más que el oro en ese momento.