9/05/2018, 13:57
El pasillo de entrada a la cueva era bastante estrecho, apenas entraban los dos genin y, a medida que iban internándose la oscuridad se hacía cada vez más y más dueña del lugar hasta que, llegados a un punto eran casi incapaces de ver, solo podían intuir ligeramente lo que les rodeaba, lo que sí estaba claro era que habían abandonado el pasillo y ahora se encontraban en una especie de sala.
— Kei, no te separes de mí, ¿vale? — Susurraría el peliblanco.
Riko guiaría al pelirrojo hacia la derecha en la sala, pegados a la pared para no perderse hasta que se abriera un nuevo camino en ésta.
— Por aquí. — Diría internándose aún más en la cueva. — ¿Tienes aún el encendedor de antes?
— Kei, no te separes de mí, ¿vale? — Susurraría el peliblanco.
Riko guiaría al pelirrojo hacia la derecha en la sala, pegados a la pared para no perderse hasta que se abriera un nuevo camino en ésta.
— Por aquí. — Diría internándose aún más en la cueva. — ¿Tienes aún el encendedor de antes?
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»