9/05/2018, 17:52
«Curioso... parece tan nervioso como yo», aquello mató la imagen tan intimidante del jōnin que Karma había fabricado en su mente. Algo mayormente positivo, pero la joven no pudo si no sentirse algo decepcionada al respecto.
Se limitó a asentir con suma brevedad y caminó tras Akame. Se sentó en el extremo opuesto del banco ocupado por el Uchiha, apartando la mirada, todavía incómoda. Su sonrisa se había esfumado durante el camino. La pelivioleta alargó el silencio todo lo que pudo, pero era consciente de que su nuevo sensei le había indicado que tenía que "contarle".
Se aclaró la voz y casi arrastrando las palabras, comenzó a hablar:
—S-Supongo que quieres saber más sobre mi entrenamiento... Imagino que se nota, pero no soy buena peleando cuerpo a cuerpo —argumentó, claramente nerviosa—. Los profesores de la academia dicen que soy bastante inteligente y muy hábil con el chakra... tanto que me recomendaron para el cuerpo médico de la aldea... aunque por ahora solo he aprendido a dar primerios auxilios muy básicos, nada que sirva de mucho...
Volvió a guardar silencio. El sol la estaba abrasando, la sequedad en su boca convertía el simple hecho de hablar en una molestia. Sentía a la perfección el sudor acumulándose en sus axilas y discurriendo por su frente, entre su cabello y el hitai-ate.
—Siento ser una pérdida de tiempo, sensei.
Se limitó a asentir con suma brevedad y caminó tras Akame. Se sentó en el extremo opuesto del banco ocupado por el Uchiha, apartando la mirada, todavía incómoda. Su sonrisa se había esfumado durante el camino. La pelivioleta alargó el silencio todo lo que pudo, pero era consciente de que su nuevo sensei le había indicado que tenía que "contarle".
Se aclaró la voz y casi arrastrando las palabras, comenzó a hablar:
—S-Supongo que quieres saber más sobre mi entrenamiento... Imagino que se nota, pero no soy buena peleando cuerpo a cuerpo —argumentó, claramente nerviosa—. Los profesores de la academia dicen que soy bastante inteligente y muy hábil con el chakra... tanto que me recomendaron para el cuerpo médico de la aldea... aunque por ahora solo he aprendido a dar primerios auxilios muy básicos, nada que sirva de mucho...
Volvió a guardar silencio. El sol la estaba abrasando, la sequedad en su boca convertía el simple hecho de hablar en una molestia. Sentía a la perfección el sudor acumulándose en sus axilas y discurriendo por su frente, entre su cabello y el hitai-ate.
—Siento ser una pérdida de tiempo, sensei.