9/05/2018, 19:12
—Entonces sabrás defenderte bien de ellos, por lo menos has de saber cuando estás dentro de uno, o cuando algo es una ilusión.— Dije y entonces le miré, sus ojos seguían rojos. "¿No se cansará?"
Luego ocurrió algo totalmente inesperado, miré incrédulo como los luceros del pelinegro descendían... —¿Te gusta lo que ves?— Pregunté atónito, porque sí mis ojos no me fallaban acababa de ver a Uchiha Datsue alzar la ceja y asentir. "Debe ser un malentendido, O... ¿¡Le atraigo!?" Abrí los ojos de par en par al descubrir el secreto que escondía "El Intrépido".
Esperé a que respondiese y que después pudiéramos reírnos del asunto, seguramente estaba malinterpretando todo... Eso esperaba.
—Bueno, algún truquito sí que me sé
—Genial, pues estaré por aquí un par de días, sí tienes algo de tiempo...
"Y que todo se quede en los academico." Enfaticé mentalmente, aunque él no lo supiera.
—Podrían pensar que estas haciendo un acto de caridad a un huérfano.— Dije rápidamente sin pena, debía aprovechar la oportunidad, pero tampoco quería parecer tan necesitado.
Lo que sucedió ahora sí me intrigó un poco más, el pelinegro había bajado su tono de voz, ¿lo habría hecho adrede...? Lo cierto fue que me acerqué un poco más para poder escucharle mejor.
—Verás, hace no mucho, Ayame, no sé si la conoces, la kunoichi que llegó a la final del torneo, me dijo cierta cosa sobre él…
Asentí en silencio y escuché. "Ayame... De ella no sé mucho, realmente no la conozco."
Él volvió a bajar el tono de voz. "Joder... ¿Cúanto quiere que me acerque, sí sigue bajando el tono de voz..." Me aproximé unos pocos centimetros más y entonces el ruido del agua de su regadera se extinguió, cosa que agradecí.
— Que andaba robando ropa interior a muchachas indefensas. ¡Yo no me lo quise creer!
—¿¡Qué!? ¿Kaido? Ella... ¿Ella dijo eso?— Exclamé también, entonces noté la presencia de unas personas que nos miraban no muy amigablemente. —Nunca lo hubiera imaginado... No sé nada de lo que me dices.— Hablé con voz natural para no llamar más la atención ni incomodar.
—Puede que solo sea un rumor... No sé cuanta confianza se le pueda tener a ello, pero Kaido no parece una persona así.— Declaré. —No lo he visto nunca en ese tipo de actividades, ni nada similar; sí es cierto pues lo tiene bien guardado jajaja.
Me devolví a mi regadera, el intrépido ya estaba por terminar de asearse y yo solamente dejaba correr el agua sobre mi, por lo que recurrí al shampoo y la esponja.
—¿Tú sabes algo de Koutetsu?— Pregunté repentinamente.
Luego ocurrió algo totalmente inesperado, miré incrédulo como los luceros del pelinegro descendían... —¿Te gusta lo que ves?— Pregunté atónito, porque sí mis ojos no me fallaban acababa de ver a Uchiha Datsue alzar la ceja y asentir. "Debe ser un malentendido, O... ¿¡Le atraigo!?" Abrí los ojos de par en par al descubrir el secreto que escondía "El Intrépido".
Esperé a que respondiese y que después pudiéramos reírnos del asunto, seguramente estaba malinterpretando todo... Eso esperaba.
—Bueno, algún truquito sí que me sé
—Genial, pues estaré por aquí un par de días, sí tienes algo de tiempo...
"Y que todo se quede en los academico." Enfaticé mentalmente, aunque él no lo supiera.
—Podrían pensar que estas haciendo un acto de caridad a un huérfano.— Dije rápidamente sin pena, debía aprovechar la oportunidad, pero tampoco quería parecer tan necesitado.
Lo que sucedió ahora sí me intrigó un poco más, el pelinegro había bajado su tono de voz, ¿lo habría hecho adrede...? Lo cierto fue que me acerqué un poco más para poder escucharle mejor.
—Verás, hace no mucho, Ayame, no sé si la conoces, la kunoichi que llegó a la final del torneo, me dijo cierta cosa sobre él…
Asentí en silencio y escuché. "Ayame... De ella no sé mucho, realmente no la conozco."
Él volvió a bajar el tono de voz. "Joder... ¿Cúanto quiere que me acerque, sí sigue bajando el tono de voz..." Me aproximé unos pocos centimetros más y entonces el ruido del agua de su regadera se extinguió, cosa que agradecí.
— Que andaba robando ropa interior a muchachas indefensas. ¡Yo no me lo quise creer!
—¿¡Qué!? ¿Kaido? Ella... ¿Ella dijo eso?— Exclamé también, entonces noté la presencia de unas personas que nos miraban no muy amigablemente. —Nunca lo hubiera imaginado... No sé nada de lo que me dices.— Hablé con voz natural para no llamar más la atención ni incomodar.
—Puede que solo sea un rumor... No sé cuanta confianza se le pueda tener a ello, pero Kaido no parece una persona así.— Declaré. —No lo he visto nunca en ese tipo de actividades, ni nada similar; sí es cierto pues lo tiene bien guardado jajaja.
Me devolví a mi regadera, el intrépido ya estaba por terminar de asearse y yo solamente dejaba correr el agua sobre mi, por lo que recurrí al shampoo y la esponja.
—¿Tú sabes algo de Koutetsu?— Pregunté repentinamente.