10/05/2018, 00:02
Solo hubo una cosa, un solo argumento, en el que los dos hombres que Kaido trataba de separar estaban de acuerdo: el restaurante era lo primero. El servicio de la noche se aproximaba inexorable como una ola a la orilla, y aquella noche era la noche del año. En tan solo unas horas, estaban a punto de hacer más caja que en todo un mes.
La mirada rencorosa y dura de Yoku Reon por un lado, y el resoplido de búfalo de Shenfu Kano por el otro, fue el único gesto de desaprobación que se lanzaron tras entender el mensaje. Jitsuna, más por reacción propia que por la petición de Kaido, empujó a su marido pasillo adentro.
El Tiburón de Amegakure tenía así pues vía libre hacia la cubierta. Agachado y con pasos de zorro antes de abalanzarse sobre su presa, el amejin subió por las escaleras y agudizó el oído para tratar de escuchar algo, y algo fue lo que escuchó: la suave marea de la mar; el viento azotando las velas, recogidas; el morir de las olas en la orilla. Así pues, asomó un poco la cabeza para ver si vislumbraba algo y…
… vaya que si vio algo. A Koe, tirada en el suelo y aparentemente dormida. Quizá inconsciente. Seguramente inconsciente. También vio unos pies junto a ella, y si se atrevía a sacar más la cabeza, la figura de Kila, de espaldas a él. Estaba haciendo unos extraños gestos hacia la orilla…
La mirada rencorosa y dura de Yoku Reon por un lado, y el resoplido de búfalo de Shenfu Kano por el otro, fue el único gesto de desaprobación que se lanzaron tras entender el mensaje. Jitsuna, más por reacción propia que por la petición de Kaido, empujó a su marido pasillo adentro.
El Tiburón de Amegakure tenía así pues vía libre hacia la cubierta. Agachado y con pasos de zorro antes de abalanzarse sobre su presa, el amejin subió por las escaleras y agudizó el oído para tratar de escuchar algo, y algo fue lo que escuchó: la suave marea de la mar; el viento azotando las velas, recogidas; el morir de las olas en la orilla. Así pues, asomó un poco la cabeza para ver si vislumbraba algo y…
… vaya que si vio algo. A Koe, tirada en el suelo y aparentemente dormida. Quizá inconsciente. Seguramente inconsciente. También vio unos pies junto a ella, y si se atrevía a sacar más la cabeza, la figura de Kila, de espaldas a él. Estaba haciendo unos extraños gestos hacia la orilla…