30/08/2015, 01:32
(Última modificación: 30/08/2015, 01:32 por Sasagani Yota.)
*Entonces no debería hacerlo... No es una buena idea hacerse daño a uno mismo*
Sonreí ante la respuesta que me acababa de brindar mi a partir de aquel día compañera de equipo, pero ahora sabía que si lo hacia era porque por una razón u otra no lo estaba pasando bien, ya fuese por tristeza o nerviosismo.
-Esto se está volviendo interesante ¿No es así chicos? Bueno, bueno, dos preguntas de golpe. Eri necesita que saciemos su curiosidad. Vamos, Yota, tu primero-
*Pero si le ha preguntado primero a él...*
Efectivamente, Toyo le había echada más morro que otra cosa pero no tenía más remedio, ella había respondido a mi pregunta.
-¿Por qué siempre tengo caramelos? ¡simplemente por qué son deliciosos! Vamos, prueba uno y me entenderás-
Efectivamente, así era. Esos caramelos eran manjar de los dioses, sacados de la mejor tienda de dulces de Uzushiogakure. Poco eran los que podían resistirse a su sabor y no me cabía duda de que Eri sabría reconocer aquella deliciosa bolita de puro azúcar pegajoso. Así qué tal y como dije, le tendí mi mano, en la que se sostenían 4 caramelos, uno de cada sabor distinto: limón, naranja, fresa y melón.
-Vamos, que estás enganchadito a esos caramelos- replicó Toyo con una carcajada amistosa -Con esto supongo que me toca a mí. Simplemente no me he presentado por qué no creo que sea necesario, pero bueno ya que insistes... Mi familia es humilde, ninguno de mis antepasados ha sido ninja pero ya de joven me apasioné por tener una buena forma física y con todos los ahorros de mi familia decidieron pagarme la academia ninja y finalmente lo conseguí y no solo eso. como veis, con el paso de los años me he convertido en jonnin. ¿Mis ambiciones? Defender a Uzushiogakure de sus enemigos ya que esta aldea me lo ha dado todo. En lo personal me gustaría en un futuro entrar en el cuerpo ANBU, ¡Algún día lo conseguiré!-
Se pudo apreciar como le brillaban los ojos cuando hablaba de su familia. Sin duda eran realmente importantes para ello, habló con tal magnetismo que no pude dejar de mirar a aquel hombre que aparentaba tener una gran fortaleza pero por momentos se volvió alguien débil y frágil. Ya se sabe, todos tenemos nuestro punto débil.
-Venga, ya es suficiente de preguntas. No vamos a decírnoslo todo en un solo día ¿Eh?- volvió a reír -Vamos, en marcha, chicos-
El hombre bajó de aquella mesa de un solo salto, movió la mano invitándonos a seguirle y abrió la puerta, esperándonos. ¿Cuál sería el siguiente paso? ¿O por el contrario ya se había acabado la jornada? No tenía pinta de eso, en cualquier caso pronto íbamos a descubrirlo.
-¡Vamos!
Sonreí ante la respuesta que me acababa de brindar mi a partir de aquel día compañera de equipo, pero ahora sabía que si lo hacia era porque por una razón u otra no lo estaba pasando bien, ya fuese por tristeza o nerviosismo.
-Esto se está volviendo interesante ¿No es así chicos? Bueno, bueno, dos preguntas de golpe. Eri necesita que saciemos su curiosidad. Vamos, Yota, tu primero-
*Pero si le ha preguntado primero a él...*
Efectivamente, Toyo le había echada más morro que otra cosa pero no tenía más remedio, ella había respondido a mi pregunta.
-¿Por qué siempre tengo caramelos? ¡simplemente por qué son deliciosos! Vamos, prueba uno y me entenderás-
Efectivamente, así era. Esos caramelos eran manjar de los dioses, sacados de la mejor tienda de dulces de Uzushiogakure. Poco eran los que podían resistirse a su sabor y no me cabía duda de que Eri sabría reconocer aquella deliciosa bolita de puro azúcar pegajoso. Así qué tal y como dije, le tendí mi mano, en la que se sostenían 4 caramelos, uno de cada sabor distinto: limón, naranja, fresa y melón.
-Vamos, que estás enganchadito a esos caramelos- replicó Toyo con una carcajada amistosa -Con esto supongo que me toca a mí. Simplemente no me he presentado por qué no creo que sea necesario, pero bueno ya que insistes... Mi familia es humilde, ninguno de mis antepasados ha sido ninja pero ya de joven me apasioné por tener una buena forma física y con todos los ahorros de mi familia decidieron pagarme la academia ninja y finalmente lo conseguí y no solo eso. como veis, con el paso de los años me he convertido en jonnin. ¿Mis ambiciones? Defender a Uzushiogakure de sus enemigos ya que esta aldea me lo ha dado todo. En lo personal me gustaría en un futuro entrar en el cuerpo ANBU, ¡Algún día lo conseguiré!-
Se pudo apreciar como le brillaban los ojos cuando hablaba de su familia. Sin duda eran realmente importantes para ello, habló con tal magnetismo que no pude dejar de mirar a aquel hombre que aparentaba tener una gran fortaleza pero por momentos se volvió alguien débil y frágil. Ya se sabe, todos tenemos nuestro punto débil.
-Venga, ya es suficiente de preguntas. No vamos a decírnoslo todo en un solo día ¿Eh?- volvió a reír -Vamos, en marcha, chicos-
El hombre bajó de aquella mesa de un solo salto, movió la mano invitándonos a seguirle y abrió la puerta, esperándonos. ¿Cuál sería el siguiente paso? ¿O por el contrario ya se había acabado la jornada? No tenía pinta de eso, en cualquier caso pronto íbamos a descubrirlo.
-¡Vamos!
![[Imagen: K1lxG4r.png]](https://i.imgur.com/K1lxG4r.png)
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