13/05/2018, 18:57
El ojinegro pareció calmarse, se relajó un poco, su rostro cambió y se llenó de esperanza con las palabras que le regalé; luego le vi voltear y ver a cada persona que se encontraba en la terma, un poco paranoico sí, pero era mejor prevenir que lamentar.
Tras mencionar los posibles inconvenientes en el asunto, Datsue aseguró que tenía todo resuelto, todo lo que él había escuchado, pero aún teníamos un gran problema más...
—Escucha… —Mumuró, pegándose a mi. — Es mejor que terminemos de hablar de esto en un lugar más… privado. Vayamos al baño de agua fría a refrescarnos un poco —
Asentí y no tardé en salir de la piscina, una vez afuera colocar la toalla en mi cintura, mi piel estaba más roja de lo habitual, y todos los poros de mi piel estaban totalmente abiertos, mi cuerpo seguía húmedo pero las ráfagas de brisa me refrescaron.
—Que eficiente, Datsue.—Añadí al saber que tenía personal a su disposición. —¿Me dirás quién es esa persona de confianza?— Murmuré mientras caminaba a la piscina aledaña. Al ingresar sentí el cambio, mi piel ardió y entonces preferí ingresar muy lentamente. —¿Confías ciegamente en mi?— Pregunté curioso, después de todo estábamos haciendo una especie de contrato sin papeleo, estábamos firmando nuestra propia sentencia de muerte, solo que aún no poníamos la firma... La firma solo se plasmaría el día indicado.
Tras mencionar los posibles inconvenientes en el asunto, Datsue aseguró que tenía todo resuelto, todo lo que él había escuchado, pero aún teníamos un gran problema más...
—Escucha… —Mumuró, pegándose a mi. — Es mejor que terminemos de hablar de esto en un lugar más… privado. Vayamos al baño de agua fría a refrescarnos un poco —
Asentí y no tardé en salir de la piscina, una vez afuera colocar la toalla en mi cintura, mi piel estaba más roja de lo habitual, y todos los poros de mi piel estaban totalmente abiertos, mi cuerpo seguía húmedo pero las ráfagas de brisa me refrescaron.
—Que eficiente, Datsue.—Añadí al saber que tenía personal a su disposición. —¿Me dirás quién es esa persona de confianza?— Murmuré mientras caminaba a la piscina aledaña. Al ingresar sentí el cambio, mi piel ardió y entonces preferí ingresar muy lentamente. —¿Confías ciegamente en mi?— Pregunté curioso, después de todo estábamos haciendo una especie de contrato sin papeleo, estábamos firmando nuestra propia sentencia de muerte, solo que aún no poníamos la firma... La firma solo se plasmaría el día indicado.