13/05/2018, 19:49
—Por el momento mejor no — Se negó a revelar la identidad de su supuesto sujeto de confianza, aquello no me gustó para nada, él no estaba confiando en mi, por lo que fue más factible preguntarle de frente, obteniendo como resultado otra negativa, aunque mi pregunta fue un poco más que simple confianza, era una confianza ciega, después de todo era algo que merecía, por lo menos merecía la duda antes de la respuesta.
— ¿Y tú en mí?— Preguntó con curiosidad.
—Te he revelado un secreto que ha nadie se lo he dicho.— Admití, tratando de poner peso en mis palabras, la única excepción era mi hermano, claro. —Creo que es una gran muestra de confianza. Y sí no confías en mi testimonio, debes tener en duda todo lo que he dicho, incluso el único aval es mi palabra...— Traté de sembrar incertidumbre. Aquella sería mi respuesta a la interrogante del ojinegro.
Esperé un par de segundos y añadí: —Solo exigo la misma confianza que te he brindado.
Y después de ello, él se hundió en las frías aguas de la piscina; por mi parte simplemente fui adentrándome con parsimonia, hasta el punto de quedar sepultado hasta el cuello, el pelinegro aún no salía, se encontraba sumergido como sí de un submarino humano se tratase. "¿Qué pensará de todo esto?"
"Nunca pensé que alguien quisiera ayudar a rescatar a Aiko, espero que sea verdad lo que me dice..."
La cabeza de Datsue rompió la tensión superficial y fue entonces cuando me hundí yo, quería refrescar mi cara y mi cabello, salí pocos segundos después.
—¿Nos vamos a cenar algo? — Sugirió.
Miré el cielo, la luna no terminaba de apoderarse del cielo, incluso en el firmamento se vería su matiz entre amarillo, anaranjado y rojo. —Es un poco temprano, ¿no crees?—— Respondí, luego recordé un local que llamó mi atención. —¿Te gusta la pizza? Vi una pizzería por aquí cerca, son demasiado ricas.— Aseguré mientras me imaginaba su sabor y olor, mi boca se hacía agua solo de pensarlo.
— ¿Y tú en mí?— Preguntó con curiosidad.
—Te he revelado un secreto que ha nadie se lo he dicho.— Admití, tratando de poner peso en mis palabras, la única excepción era mi hermano, claro. —Creo que es una gran muestra de confianza. Y sí no confías en mi testimonio, debes tener en duda todo lo que he dicho, incluso el único aval es mi palabra...— Traté de sembrar incertidumbre. Aquella sería mi respuesta a la interrogante del ojinegro.
Esperé un par de segundos y añadí: —Solo exigo la misma confianza que te he brindado.
Y después de ello, él se hundió en las frías aguas de la piscina; por mi parte simplemente fui adentrándome con parsimonia, hasta el punto de quedar sepultado hasta el cuello, el pelinegro aún no salía, se encontraba sumergido como sí de un submarino humano se tratase. "¿Qué pensará de todo esto?"
"Nunca pensé que alguien quisiera ayudar a rescatar a Aiko, espero que sea verdad lo que me dice..."
La cabeza de Datsue rompió la tensión superficial y fue entonces cuando me hundí yo, quería refrescar mi cara y mi cabello, salí pocos segundos después.
—¿Nos vamos a cenar algo? — Sugirió.
Miré el cielo, la luna no terminaba de apoderarse del cielo, incluso en el firmamento se vería su matiz entre amarillo, anaranjado y rojo. —Es un poco temprano, ¿no crees?—— Respondí, luego recordé un local que llamó mi atención. —¿Te gusta la pizza? Vi una pizzería por aquí cerca, son demasiado ricas.— Aseguré mientras me imaginaba su sabor y olor, mi boca se hacía agua solo de pensarlo.