14/05/2018, 17:58
El niño se sobresaltó al oír su voz. Luego, al ver la figura de Karma, suspiró con alivio, llevándose una mano al pecho.
—No es asunto tuyo —respondió, tan prepotente y descuidado como solo lo podía ser un crío de su edad—. Pier... —Sus ojos se detuvieron en la bandana que la kunoichi portaba en la frente—. ¡Aaaahh! —chilló, horrorizado, mientras se le caía el bote de spray del susto.
Retrocedió unos pasos, boquiabierto, y cuando logró reunir el valor suficiente echó a correr calle arriba, huyendo despavorido de la kunoichi y sin hacer honor a su apodo.
—No es asunto tuyo —respondió, tan prepotente y descuidado como solo lo podía ser un crío de su edad—. Pier... —Sus ojos se detuvieron en la bandana que la kunoichi portaba en la frente—. ¡Aaaahh! —chilló, horrorizado, mientras se le caía el bote de spray del susto.
Retrocedió unos pasos, boquiabierto, y cuando logró reunir el valor suficiente echó a correr calle arriba, huyendo despavorido de la kunoichi y sin hacer honor a su apodo.