31/08/2015, 16:42
Aquel muchacho parecía poco o nada interesado en la conversación, o al menos eso era lo que parecía pues a pesar de todo seguía allí sentado. Por su parte, la pequeña Sayaka, hacía a su muñeca regresar de la barra portando dos copas de helado de fresa con nata que despositó con extremo cuidado frente a ambos comensales
—Gracias, Kaori— dijo la pequeña mientras se frotaba las manos al ver su copa de helado —Estás perdonada... por el momento— el día estaba transcurriendo mejor de los esperado, a parte de ponerse morada a helado tenía una conversación interesante con un sujeto de los más estrámbotico. Todo era genial, hasta que el susodicho decidió cargarse aquella alegre conversación con una estúpida respuesta. El rostro de la pequeña paso de la sonrisa tierna, a una mirada fría como un helado de fresa
"¿Me toma el pelo?" fue lo primero que se paso por la mente de la pequeña, aquella respusta tan infantil la había dejado descolocada "No puedo creer que alguien así pueda tener un concepción tan poco divertida"
—¿Al cielo para estar a salvo?— musito la pequeña
"¿De verdad puede creer en algo así? Cualquiera con dos dedos de frente sabe que tras la muerte no hay nada... aunque quizás tan sólo sea una manera de decirlo suavemente..." escudriño el rostro de su interlocutor "Debe de ser un buen mentiroso pues no puedo estar segura de si me esta mintiendo.... Le seguiré la corriente"
—Oh vaya— la sonrisa y el tono jovial volvía tras aquel breve impás —¿Así que eres una especie de mesías?—
—Gracias, Kaori— dijo la pequeña mientras se frotaba las manos al ver su copa de helado —Estás perdonada... por el momento— el día estaba transcurriendo mejor de los esperado, a parte de ponerse morada a helado tenía una conversación interesante con un sujeto de los más estrámbotico. Todo era genial, hasta que el susodicho decidió cargarse aquella alegre conversación con una estúpida respuesta. El rostro de la pequeña paso de la sonrisa tierna, a una mirada fría como un helado de fresa
"¿Me toma el pelo?" fue lo primero que se paso por la mente de la pequeña, aquella respusta tan infantil la había dejado descolocada "No puedo creer que alguien así pueda tener un concepción tan poco divertida"
—¿Al cielo para estar a salvo?— musito la pequeña
"¿De verdad puede creer en algo así? Cualquiera con dos dedos de frente sabe que tras la muerte no hay nada... aunque quizás tan sólo sea una manera de decirlo suavemente..." escudriño el rostro de su interlocutor "Debe de ser un buen mentiroso pues no puedo estar segura de si me esta mintiendo.... Le seguiré la corriente"
—Oh vaya— la sonrisa y el tono jovial volvía tras aquel breve impás —¿Así que eres una especie de mesías?—